Este documento presenta una parábola sobre una persona que se quejaba de que su cruz era demasiado pesada. Dios le dijo que podía dejar esa cruz y elegir otra. Al entrar en la habitación, vio muchas cruces grandes y una pequeña en un rincón. Eligió la pequeña, pero Dios le dijo que era la misma que había dejado originalmente. La moraleja es que a menudo nos quejamos de nuestros problemas sin darnos cuenta de que otros enfrentan dificultades mayores.