Una rosa roja se sentía la más bella del jardín, pero se daba cuenta que la gente no se acercaba por un sapo grande y oscuro junto a ella. Indignada, le ordenó al sapo irse. Poco después, la rosa se encontró marchita y sin hojas, ya que las hormigas la habían estado comiendo desde que el sapo se fue, pues él se comía a las hormigas. El sapo le dijo que por eso siempre había sido la más bella del jardín.