La FIFA realizó pruebas de dopaje a la selección de fútbol playa de El Salvador y encontró altos niveles de humildad, garra y coraje, sustancias poco comunes. Esto, junto con un color azul sospechoso en su sangre, llevó a la FIFA a concluir que la selección salvadoreña fue una revelación en el mundial por poseer cualidades valiosas pero escasas.