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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”
UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA
FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL
DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE CIENCIAS BÁSICAS
Redacción y Comunicación
Docente: SEGUNDO BONIFACIO SERRATO SANCHEZ
Integrantes:
20224040K
20220327C
20220017D
-Carranza Rivas Jorge Alexander
-Choque Calloapaza Andy Aymar
-Chuquimango Garay John Heyson
-Cruz Valdivia Fritz Wolfrand 20220146I
Sección: BRC01- “I”
FIC-UNI
2022–1
RESUMEN CAPITULOS 01 - 10
Comenzamos con una presentación personal, el la que el protagonista nos
cuenta un crimen cometido por su persona, y a la vez nos dice que este es
recordado por todos. Juan Pablo Castel en su afán de reflexión recuerda la frase
“todo tiempo pasado fue mejor”, él tenía una ideología, donde las personas
inservibles deberían de ser eliminadas, contándonos diversas experiencias que
tuvo en su pasado.
Nos cuenta el motivo por el que nos narra la historia de su crimen,
caracterizándose de vanidoso, incluyendo a todo ser vivo con dicho defecto,
incluso nos dice que siento orgullo vanidoso por haber acudido rápidamente ante
la presencia de su madre, quien estaba en sus últimos momentos. También nos
habla acerca de la soberbia, el orgullo y su afán de contar a detalle cada parte
de su vida, dándonos a entender la ausencia de importancia hacia ella, nadie lo
entendía, empero la única que persona que logro aquello fue asesinado por su
propia mano.
Juan nos contara a detalle el inicio de su relación con María Iribarne, a quien
asesino de la forma más imparcialmente posible. Su primer encuentro fue en un
salón de exposiciones plásticas, allá por el año 1946, donde Juan el pintor
presentaba un cuadro llamado Maternidad. Esta pintura se caracterizaba por
presentarnos a una mujer que observaba jugar a un niño, pero lo más interesante
de este lienzo era la parte superior izquierda, donde se nos mostraba la imagen
de una fémina mirando en soledad el eterno mar. Juan se percato que solo una
persona observaba con detenimiento esa imagen, quedándose impactado con
ella, asombrado al verla desaparecer tan repentinamente.
Castel nos cuenta que una tarde vio a una mujer por la calle, nos describe las
diferentes formas con las que alucino el encuentro. Nos cuenta de diversa
manera con que eventos no puede lidiar, ya sea en un salón de pintura ajeno al
suyo, reunión con un grupo de críticos y en especial sus cualidades detestables
como la arrogancia y la hipocresía. Maneras por las que no pudo llegar a tener
un encuentro con esa mujer.
Castel continúa explicándonos en su imaginación el encuentro con dicha
damisela, las diversas formas con las que descartaba un encuentro con la mujer.
Él tenía ciertos prejuicios y temores, incluso nos cuenta las diversas ideas que
tenía para acercarse a ella, desde las más banales hasta las más inviables, lo
que llevo a alargar aún mas su tan esperado encuentro.
Reanuda el relato de la travesía con la mujer de la calle, caminando a la par de
ella, teniendo una idea ordinaria, en la cual piensa que es ella quien debe de
empezar la conversación, poniéndola a prueba. La visualiza entrando a un
edificio, el la sigue y ya en el ascensor se arma de valor y le hace una pregunta,
al no recibir respuesta se pone a pensar que es otra de sus alucinaciones.
Rápidamente sale corriendo, pero inesperadamente ella lo coje de la mano, y le
dice que esta nerviosa y que si recuerda esa pintura. Como intercambiando roles
ella es quien ahora se va corriendo y Juan quien corre detrás de María, dejándola
ir para volverse a encontrar en una próxima oportunidad.
Buscando de nuevo a esa la mujer, Juan se dirige al mismo lugar donde comenzó
a hablarle, preocupado pregunto por ella y se da con la sorpresa que el edificio
no era su lugar de trabajo, pero aun así decidido esperan el momento de su
entrada, sentado en un banco empezó a observar si alguien se parecía a María,
lamentablemente no logro su gran rencuentro con ella.
Deprimido por ello se dirigió a casa, con el juicio nublado y la necesidad de
solucionar ello. Reflexiona y duda si volver a buscarla en el mismo lugar,
teniendo ese impulso de volverla a ver, pero con la cordura de que esto no pueda
volver suceder por un largo tiempo. Llego a casa y ya con la decisión tomada
emprende un nuevo camino hacia su tranquilidad.
Emprendiendo un nevo viaje, se dirigió al edificio, afortunadamente la encuentra,
dirigiéndose a ella para tomarla del brazo, sintiendo un leve acuerdo. En su
primer dialogo Castel nota una madurez muy avanzada para su edad, le dice que
necesita de ella, no siendo correspondido escuchando que no tiene nada para
ofrecerle, Juan empezó a dar gritos al sentir la indiferencia de ella. El se da
cuenta que no tiene una idea clara del porque son tan importantes tanto María
como el lienzo en su vida, dándole una ligera explicación a ella del porque de las
cosas. Castel nos cuenta en su imagen la representación de la soledad, algo que
María no quiere provocar a nadie, ya que todo aquel que se le acerque termina
de igual forma.
Nos confiesa que no recuerda lo último de su primer dialogo con María, nos
cuenta así de sus inexplicables lapsus de memoria. Por la noche llama al hogar
de María, preguntando por ella al no reconocer su voz, Juan capta rápidamente
las intensiones de la secretaria, a quien deja de lado al escuchar la voz dulce de
María. Le dice que necesita verla, que no ha dejado de pensar en ella, de la
misma forma ella le responde que no puede dejar de pensar en todo, él se siente
impaciente por saber que es ese todo, quiere saber si es correspondido de forma
exacta. Al terminar la llamada Juan le asegura que lo volverá a hacer para tener
una tranquilidad momentánea.
EL TUNEL
(ERNESTO SABATO)
CAPITULO 11:
Aquella noche Castel sale a la avenida Corrientes, la zona más ajetreada
de la ciudad de Buenos Aires. Recuerda que al principio del relato se
propuso narrar los hechos con imparcialidad, y por eso confiesa que,
aquella vez, el desprecio que suele sentir por la humanidad se
suspendió momentáneamente.
CAPITULO 12:
A la mañana del día después de su primer encuentro, Juan Pablo llama
a la casa de María y se entera que ella se fue al campo. Inmediatamente,
empieza a conjeturar sobre por qué se fue, decepcionado por no poder
verla. Le avisan que María dejó una carta en la casa y él va a buscarla.
Cuando llega, un criado lo hace pasar a una sala llena de libros. Allí se
encuentra con un hombre ciego, quien se presenta como el
señor Allende, esposo de María.
Castel está impactado. No sabía que María estaba casada y lo sorprende
la actitud de Allende, que lo trata cordialmente y sin aparentar ninguna
sospecha. Este hombre le entrega a Juan Pablo la carta de María, que
contiene estas palabras: “yo también pienso en usted”. Allende le habla
a Castel de María, de cómo ella suele confundir impulsos con urgencias.
Después le cuenta que ella se fue a la estancia familiar de su primo
Hunter, persona que Juan Pablo conoce y desprecia. El pintor no ve la
hora de salir de allí y avisa que debe irse. Mientras sale de la casa, se
pregunta a sí mismo: ¿qué comedia abominable es esta?
CAPITULO 13:
En este capítulo, Castel desarrolla todas sus conjeturas sobre lo que ha
pasado hasta ahora. Empieza analizando el primer llamado telefónico,
cuando surgieron sus primeras sospechas. Cree entender ahora por qué
la mucama que lo atendió vaciló cuando él preguntó por la “Señorita
Iribarne”, dado que María es una mujer casada. Sin embargo, como no
lo corrigió, Juan Pablo deduce que la empleada debe estar
acostumbrada, lo que significa que María debe recibir este tipo de
llamadas con frecuencia.
Castel empieza a pensar que en la vida de María debe haber otros
hombres como él, y sospecha de la relación de María con Hunter. Se
pregunta por el hecho de haber recibido la carta en manos de su marido
ciego. Imagina que quizás María encuentra algún placer en este tipo de
juego. También supone que tal vez ella quiso que él supiera de este
modo que estaba casada, para que entienda la inconveniencia de seguir
adelante con su relación. En este punto interpela a sus lectores, que
seguramente piensan que esta última opción es la más simple y
probable. Admite entonces que él tiene la manía de elegir siempre las
hipótesis más complejas, pero se justifica preguntándose por qué la
realidad ha de ser simple.
Juan Pablo trata de olvidar estos razonamientos rebuscados e intenta
rescatar cierta timidez y fragilidad que percibió en María durante su
primer encuentro, algo de su mirada que no logra precisar. Nos cuenta
que quiso desechar todas sus sospechas, pero que no pudo.
CAPITULO 14:
En este capítulo breve, Castel cuenta que los días siguientes a este
descubrimiento son agitados. Quiere saber cuándo volverá María de la
finca y le envía una carta desesperada, preguntándole por su regreso y
pidiéndole que lo llame en cuanto esté en Buenos Aires. Cuenta
también que en esos días tiene un sueño en el que visita, de noche, una
casa vieja y solitaria que le resultaba familiar, como si allí se
conservaran los recuerdos de su infancia. En el sueño, se siente por
momentos perdido en la oscuridad, acechado por enemigos
escondidos. Al despertarse, comprende que, en este sueño de temor y
alegría, la casa representa a María.
CAPITULO 15
Castel se siente perdido en la oscuridad de sus pensamientos hasta que
recibe una carta de su amada. En esta carta, María construye una
imagen de sí misma como la de la mujer en la ventana del cuadro:
solitaria, observando el mar. Interpela a Castel y lo trata con intimidad.
Cree que él adivinó con su pintura la forma de su ser, pero cierra la carta
diciendo que la imagen de Juan Pablo se ha interpuesto entre ella y el
mar. A Castel estas palabras lo llenan de felicidad, siente que María le
pertenece y que él le es tan necesario a ella como ella a él. Termina este
capítulo lamentándose de haberla asesinado.
CAPITULO 16
Después de un desesperado intercambio de cartas breves, en las que
Castel le confiesa que la quiere y ella le dice que teme hacerle daño, se
vuelven a encontrar cuando María regresa del campo. Se citan
nuevamente en una plaza mientras anochece, y hasta se quedan a
oscuras. Castel se siente feliz de volver a verla, pero el reencuentro no
llega a hacer lo que espera. La conversación se entorpece con las
preguntas demandantes de Juan Pablo y los silencios de María. Él quiere
saber por qué lo abandonó y ella no le responde, porque no quiere
hablar de ella, sino de Castel y de su pintura.
Juan Pablo se desespera, la agarra con violencia y le exige que le diga si
lo quiere. Como no la puede ver en la oscuridad, enciende un fósforo
para ver su rostro y llega a vislumbrar por unos instantes el dejo de una
sonrisa, que interpreta como una burla a su amor. Castel le recrimina
esa sonrisa y María se pone seria y se entristece. En rigor, confiesa Juan
Pablo, no ve aquel gesto, sino que percibe un rastro de aquella sonrisa
en el rostro serio de María. Ella entonces confirma que tenía razón
cuando le dijo que se harían daño. Castel siente que toda la
conversación es absurda.
CAPITULO 17:
Juan Pablo cuenta que durante más de un mes se vieron con frecuencia.
Recuerda esos días como maravillosos y horribles a la vez. María visita
su taller regularmente. Allí, se suceden escenas similares a las del
fósforo, en las que Castel duda de su amor. Es entonces cuando quiere
poner a prueba su vínculo a través del acto sexual. Pero esto solo le trae
más dudas: Castel cree que María finge el placer y eso lo angustia y lo
llena de sospechas.
Castel nos cuenta que es frecuente en su relación el paso de la ternura
a la violencia. Toma como ejemplo una situación que se repite varias
veces: en un momento de arrebato, Castel le retuerce los brazos a María
y le exige que admita sus mentiras. Ella entonces responde con mirada
asustada y triste. Esta reacción hace que Juan Pablo se arrepienta y le
pida perdón. Sin embargo, reconoce que es inútil que María intente
convencerlo de su error, porque no confía en ella. Cree que María lo
engaña con otros, y en una ocasión llega a decirle que es una prostituta.
Entonces, ella se echa a llorar y nuevamente Juan Pablo le pide perdón.
Como María se recompone rápidamente, Castel empieza a sospechar de
nuevo que todo es una gran comedia.
CAPITULO 18:
En este capítulo, Castel recupera un diálogo que tuvo con María, en el
que él le pregunta sobre la primera conversación telefónica que
tuvieron. Como si se tratara de un interrogatorio, Juan Pablo trae sus
“pistas” y María las desestima como tales. Él le pregunta por qué la
criada vaciló cuando él la llamó “señorita”, y ella le responde que no eso
tiene ninguna importancia.
Como Juan Pablo quiere saber si hubo otros como él, saca a la luz un
nombre: Richard. Esta persona, nos enteramos por la conversación,
tuvo una relación con María en el pasado y se suicidó. Castel quiere
saber si ella lo amaba y María le responde que no, que solo se sintió
atraída por su lado oscuro y destructivo, como a veces le atrae la
muerte. También le dice que Richard se parecía un poco a Juan Pablo,
pero solo en su parte negativa. Castel nos admite que no le preocupaba
tanto Richard, de quien algo sabía, como lo hacían las personas
desconocidas que ella no mencionaba pero que él creía que existían.
CAPITULO 19:
Continúa este capítulo con otra conversación, esta vez sobre el esposo
de María, Allende. Castel quiere saber si alguna vez lo amó y si lo ama
todavía. María nota que este diálogo entorpecido ya lo tuvieron muchas
veces de forma casi idéntica. En efecto, Castel la interroga para saber
hasta qué punto María es capaz de engañar. La presiona entonces hasta
que ella admite que todavía tiene relaciones sexuales con su marido,
aunque no lo desea. Entonces Juan Pablo deduce que María hace lo
mismo con él. Mientras ella llora en silencio, Castel quiere herirla y la
acusa de estar engañando a un ciego.
CAPITULO 20:
Este capítulo condensa los pensamientos y las emociones que tiene
Castel luego de hacer aquella acusación. Admite que se arrepiente en el
mismo momento en el que pronuncia esas palabras. Tiene la sensación
de ser dos personas al mismo tiempo: la que quiso herir a María y la que
reconoce la torpeza y la crueldad de su acusación y toma partido por
ella. Juan Pablo le pide perdón y María le asegura que no le guarda
rencor, aunque se retira del taller. Él sale a buscarla, pasa por la casa de
María y luego por los lugares de la ciudad que frecuentaban, pero no
puede encontrarla. Cierra el capítulo con estas palabras: “algo se había
roto entre nosotros”.
CAPÍTULO 21
Castel nos expresa el sentimiento de soledad que lo invade después de este
suceso. Experimenta un gran desprecio por la humanidad, pero ahora que él ha
protagonizado un acto mezquino se considera parte de aquello que desprecia.
Entonces le viene el deseo de suicidarse. Aquel día se emborracha por la zona
del puerto, en un cafetín con personas que considera repulsivas. Se acerca al
río y, al observar el agua sucia, vuelve a pensar en el suicidio. Confiesa
entonces que cuando llega al borde de la desesperación, se aferra de nuevo a
la vida. Sin saber cómo o por qué, llega a la casa de María de madrugada.
Decide llamar por teléfono y cuando le atienden, cuelga. Se queda un rato por
ahí hasta que finalmente decide volver a su casa tirándose en su cama para
dormir.
CAPÍTULO 22
Castel cuenta lo que sueña aquella madrugada: que llega a una casa con sus
amigos donde no noto nada extraño afuera, pero adentro se dio cuenta que era
una trampa y es ahí donde un hombre desconocido lo transforma en un pájaro
de tamaño humano. En el sueño sus amigos no notan nada extraño. Él intenta
pedirles ayuda y de su boca salen graznidos en vez de palabras, pero sus
amigos tampoco notan esta diferencia, como si lo estuvieran oyendo
normalmente. Juan Pablo comprende entonces que nadie sabrá nunca que ha
sido transformado en pájaro y del peligro de esa casa.
CAPÍTULO 23
Después de aquel terrible sueño, Castel se despierta y llama a la casa de
María, para descubrir que se fue de nuevo a la estancia en el campo. Le envía
varias cartas pidiéndole perdón y expresando que no merece su amor y que
está condenado a morir en soledad. En la última carta le cuenta que pensó en
suicidarse. María entonces le responde con una carta en la que le pide que
vaya a la estancia. Juan Pablo prepara las maletas y corre a la estación de
tren.
CAPÍTULO 24
Al llegar, Castel se incomoda debido a que María no lo pasa a buscar por la
estación de tren sino un chofer que le dice que la señora no había podido ir ya
que estaba enferma. Piensa en volver a Buenos Aires pero finalmente decide
quedarse. Llega a la estancia y lo reciben Hunter y Mimí Allende, una señora
afrancesada que le parece tan fea y desagradable como Hunter. Ellos reiteran
que María tiene una enfermedad y que está en la cama. Castel entonces se
propone examinar a sus huéspedes, para detectar bien qué clase de personas
son. Detecta en Hunter un tono irónico en su voz mientras este le enseña su
cuarto. Cuando se queda solo en su habitación, Castel se pone nervioso ante
la idea de que María está cerca sintiéndose desorientado.
CAPÍTULO 25
En este capítulo atendemos una conversación entre Mimí y Hunter, de la que
Castel no participa, pero que escucha. En primer lugar, hablan de autores
rusos y de traducción; Hunter acusa el uso abusivo del francés de Mimí. Luego,
se dedican al género policial, que a Mimí le gusta pero a Hunter no. Este último
cuenta que tiene una teoría sobre ese género literario: el policial es al siglo XX
lo que las novelas de caballería a la época de Cervantes. Sostiene que es
posible hacer una parodia del género policial como si fuera el Don Quijote de
nuestra época, en la que un personaje, después de leer muchas novelas
policiales, pierde la razón y se larga a descubrir crímenes como si el mundo
fuera una historia detectivesca.
Mimí se burla de Hunter e interpela a Castel, que solo asiente con indiferencia.
El pintor se siente muy triste y no sabe bien el porqué. Hunter luego cuenta una
trama policial que se le ocurrió, en la que un hombre trata de resolver los
asesinatos de su madre, su mujer y su hijo, hasta que descubre que él ha sido
quien los mató, lo que convierte al detective en el asesino. Luego hablan de
otros temas, mientras Juan Pablo elabora una hipótesis: María se retiró para no
tener que soportar a Mimí. Esto lo tranquiliza, pero también se da cuenta de
que su tristeza se debe al temor de que María pertenezca a aquel mundo
hipócrita y frívolo de Mimí y Hunter.
CAPÍTULO 26
Cuando Mimí, Hunter y Castel salen a pasear por el parque, María aparece y
se les une. Mientras conversan, Juan Pablo piensa en el vínculo secreto que
existe entre ellos, y aunque esto lo enorgullece, también se vuelve a entristecer
por todo lo que ha ocurrido. María le pide a Castel que le muestre unas pinturas
y, con esa excusa, se apartan del resto.
En este momento, Juan Pablo confiesa que ahora que ha pasado un tiempo
desde que la mató, entiende que está pagando por no conformarse con la parte
de María que lo salvó momentáneamente de la soledad, y por haber deseado
poseerla de forma absoluta y exclusiva.
CAPÍTULO 27
Castel nos cuenta que, al principio, pensaba quedarse varios días en la
estancia, pero que se marcha temprano al día siguiente de su llegada. Esto se
debe a lo que narra a continuación.
María y Castel se dirigen a un acantilado que da al mar. Mientras pasean,
Castel se sorprende por el modo en el que María disfruta de la naturaleza,
aunque luego se entristece porque él no comparte aquel goce. Cuando llegan
al acantilado, María empieza a contarle lo mucho que deseaba estar con él en
ese lugar. Le confiesa el modo en que se identificó con él a través de su
cuadro, y cómo sintió que él, al igual que ella, estaba en la búsqueda de un
interlocutor mudo. Luego, le cuenta que durante su primer encuentro, ella
intentó desorientarlo y desanimarlo, sabiendo que podía hacerle daño.
Castel escucha estas palabras alucinado. Empieza a caer en una especie de
encantamiento mientras el mar se va transformando en un “monstruo oscuro”.
Siente deseos de tirarse del precipicio y de arrastrar a María con él. También
admite un fuerte deseo de estrangularla hasta ahogarla. Entonces se da cuenta
de que, mientras piensa estas cosas, ha dejado de escuchar a María, quien
acaba de hacerle una confesión importante que él no pudo oír. Pone su cabeza
en el regazo de María dejando que sus sombríos pensamientos lo invadan por
completo.
CAPÍTULO 28
Al regresar a la estancia, encuentran a un Hunter muy agitado. Mimí se ha ido.
Durante la cena, los tres hablan muy poco. Pablo pensó que Hunter estaba
celoso, dedujo que si estaba celoso era porque entre María y él había sucedido
algo, entonces concluyó que María y Hunter eran amantes. Entonces Juan
Pablo pretexta cansancio, se dirige a su habitación y finge cerrar su puerta,
pero se queda oyendo la conversación entre María y Hunter. No distingue sus
palabras, pero percibe la agitación de Hunter. Luego, escucha que suben a los
dormitorios y percibe pasos de mujer frente a su cuarto. Después no oye nada
más.
A la madrugada del día siguiente se marcha sin despedirse, caminando a pie
hacia la estación. Allí, espera un par de horas hasta la salida del tren,
deseando que María vaya en su búsqueda. Esto no sucede, y Juan Pablo toma
el tren sintiendo una infinita tristeza.
CAPÍTULO 29
Castel cuenta que los días que preceden a la muerte de María son los más
atroces de su vida. No recuerda todos los detalles de esa experiencia, porque
pasa una parte de ese tiempo alcoholizado. En su memoria se entremezclan
imágenes de la estancia, de los bares de mala muerte a los que va y unas
pesadillas que tiene, en las que camina por los techos de una catedral. En uno
de esos días, luego de haberse quedado dormido vestido en la bañera, se
levanta y le escribe a María una carta hiriente en la que la acusa de ser amante
de Hunter. Impulsivamente envió la carta por correo.
CAPÍTULO 30
Luego, cuando Pablo salió del correo, pensó que no debía herir de esa manera
a María se da cuenta de que en su escrito no ha explicado por qué dedujo que
María era amante de Hunter. Tampoco sabe qué quería lograr exactamente
con sus hirientes palabras. Admite que su hipótesis sobre el amorío entre
Hunter y María era solo eso, una hipótesis, y no un hecho corroborado y por
ello decidió retractarse de enviar la carta, así que buscó el recibo para ir a
reclamar la carta, pero no lo encontró. Decidió volver al correo y le dijo a la que
atendía que había perdido el recibo pero que quería sacar una carta que hace
poco había enviado porque ya no la quería enviar, pero la mujer le dijo que eso
era imposible ya que el reglamento no se lo permitía. Él insistió diciendo que
podía demostrar que la carta era de él, pero ella le dijo que esos documentos
no servían. Al final la mujer accedió a buscar la carta y comprobar que erade él,
para ello le hizo una serie de preguntas. Pablo le dijo que le podría mostrar la
cédula, pero ella dijo que eso tampoco servía, entonces él estalló en ira
diciéndole que la mandará si así lo quería y decidió esperar afuera hasta la
salida del personal para insultar a esa mujer
Nombres y apellidos: Cruz Valdivia Fritz Wolfrand
Resumen capítulos 31-39
CAPITULO 31
Después de una hora de espera, decide irse de la puerta del correo, ya que, no
lograría nada con insultar a la mujer y era mejor que esa carta llegara a María. Más
adelante se fue a sentar en la Recoleta, es allí donde se puso a meditar sobre sus
sentimientos y fue así que decidió llamar a María, sin embargo, atendió la llamada
el mucamo y le dijo que ella no se encontraba, y que dentro de una hora le llamaría
la señora. Cuando Juan Pablo hablo con María y le hizo varias preguntas precisas
de las cuales María no respondió, por ello él amenazo con suicidarse si no la veía
en seguida, en Buenos Aires. María le dijo que lo único que lograrían sería herirse
una vez más, pero Pablo estaba decidido y colgó el teléfono.
CAPITULO 32
A pesar de que la vería al día siguiente, Juan Pablo se sentía triste, por ello en la
tarde se fue a un bar a beber donde realizó una pelea con un marinero y contrato a
una prostituta, para posteriormente llevarla al taller, cuando estaban en la habitación
la expresión de la rumana le hizo recordar a María, entonces la saco violentamente
de su casa, incluso le dijo que si no se iba la mataría. Luego de este suceso Pablo
se fue a la bañadera para aclarar sus ideas, concluyo que María era una puta.
CAPITULO 33
Todas las conclusiones que había sacado, para él eran ciertas, pero le había faltado
algo importante, ¿Qué opinaban las demás personas? Así que llamó a Lartigue, un
escritor, y le dijo que lo iría a visitar. Ya estando en casa de Lartigue empezaron a
hablar de uno de sus libros, pero luego Pablo le pregunto ¿Desde hace cuando son
amantes Hunter y María? Lartigue le dijo que no sabía nada y siguió hablando de
su libro. Acabada la conversación, Pablo llamó a María, y quedaron de encontrarse
en la Recoleta. María le dijo que sólo había ido porque él se lo pidió tantas veces,
pero ella agrego que no debería estar ahí, porque Hunter se encontraba enfermo a
lo que Juan Pablo le respondió con agradecimiento y que a las cinco en punto se
verían.
CAPITULO 34
Antes de las cinco Pablo estaba en la Recoleta y allí se puso a pensar mientras
esperaba a María. Recordaba todos los momentos que habían pasado en ese lugar
y reflexiono que era posible dejar de lado todo lo sucedido con María, y que podía
empezar, a partir de ese instante de lucidez, una nueva vida, pero a las 05:30 pm
María aún no había llegado. La llamó y la mucama le respondió que había vuelto
repentinamente a la estancia. Indignado, Pablo volvió a su taller y pensaba que
María prefería estar con Hunter que con él. Al llegar al taller llamó de nuevo a María
y pregunto que si antes de que ella partiera había recibido una llamada de la
Estancia y le dijeron que sí. Fue así que se puso iracundo, fue en busca de un
cuchillo y con este destrozo el cuadro de la escena de la playa y luego fue donde
Mapelli, su amigo, y le pidió prestadas las llaves de su carro, éste le preguntó para
qué las necesitaba, y Pablo le respondió que su padre estaba enfermo y debía ir a
verlo, al final Mapelli le prestó el carro.
CAPITULO 35
Juan Pablo calculó que llegaría aproximadamente a las 10:00 pm a la Estancia y
esta le parecía una buena hora, mientras viajaba pensaba en que María y él
parecían separados por un muro de vidrio, en el cual Juan Pablo podía ver, pero no
oír ni tocar; y así, separados por el muro de vidrio, habían vivido ansiosamente,
melancólicamente.
También sentía una voluptuosidad que le hacía pensar en el desprecio que él sentía
por ella. Se acordaba de la cita a la que ella no fue, para que la citaría si se volverían
a decir esas cosas oscuras y ásperas, una vez más parecerían separados por esa
pared de vidrio. Pablo llegó a la Estancia como a las 10:15 pm, se acercó a la casa
y vio que aún estaba prendida las luces en la planta baja. Luego se posiciono en un
lugar para poder apreciar la salida de la gente.
CAPITULO 36
Juan Pablo siente que su espera no termina. Piensa que han vivido en un túnel
paralelo y que el último encuentro ha llegado. Nunca llegaron a unirse, los túneles
continúan siendo paralelos. Realmente sólo hay un túnel oscuro y solitario y es el
suyo, en el que pasó su infancia, su juventud, en sí, toda su vida. Ella vive en un
mundo libre y lo ve desde una ventana que tiene su túnel. Siente que su destino era
más solitario de lo que imaginaba.
CAPITULO 37
Juan Pablo vio que María y Hunter bajaban por la escalinata. Pablo piensa en lo
que María podía sentir, ya que ella sabía que él la necesitaba, que esa tarde la
había esperado, que habría sufrido horriblemente cada uno de los minutos de inútil
espera. También se preguntaba ¿Qué podía hablar María con Hunter? Y se
imaginaba que se podían estar burlando de él. Ellos caminaban por el parque
cuando empezó a llover y decidieron volver a su casa, allí subieron las escaleras,
Pablo observó que la luz del dormitorio de Hunter fue la primera en encenderse y
eso le pareció lógico, ya que era el dormitorio principal y estaba junto a las
escaleras, pero luego esperó a que se prendiera la luz de la habitación de María,
pero eso no sucedió, inmediatamente dedujo que ella dormía con Hunter y sintió
que su cuerpo se derrumbaba.
CAPITULO 38
Juan Pablo empapado por la lluvia y sus lágrimas vio que se encendía la luz del otro
dormitorio. Inmediatamente corrió hacia allá, trepó hasta llegar a ese cuarto y entro
por la ventana. Ahí estaba María, ella al verlo le preguntó ¿Qué hacía? Él le dijo que
la debía matar, le acaricio el cabello, llorando le incrusta en el pecho el cuchillo que
llevaba consigo, ella lo miró con dolor y humildad, él clavo muchas veces el cuchillo
en su pecho y vientre. Luego sintió que una rara sensación se apoderaba de él y la
siguió apuñalando en el pecho y el vientre. Después de esto salió tomó el auto y
partió hacia Buenos Aires. Cuando llego allí llamo a Allende y le dijo que debía verlo.
Cuando estuvo en la casa de Allende, le dijo a éste que María era su amante y de
Hunter, que los había estado engañando a todos. Allende intento cogerlo para
golpearlo, pero no fue capaz. Luego de esto se entregó a las autoridades. Sentía
que dentro de él había una caverna negra y se iba agrandando dentro de su cuerpo.
CAPITULO 39
En esos meses de encierro Juan Pablo ha intentado razonar sobre la última palabra de Allende, la
palabra insensato. Cuando logré hacerlo, también analizara el motivo del suicidio de Allende.
Mientras tanto Pablo sigue pintando en las paredes de su celda y piensa que el lugar se esta
volviendo cada vez más hermético.

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  • 1. “Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional” UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE CIENCIAS BÁSICAS Redacción y Comunicación Docente: SEGUNDO BONIFACIO SERRATO SANCHEZ Integrantes: 20224040K 20220327C 20220017D -Carranza Rivas Jorge Alexander -Choque Calloapaza Andy Aymar -Chuquimango Garay John Heyson -Cruz Valdivia Fritz Wolfrand 20220146I Sección: BRC01- “I” FIC-UNI 2022–1
  • 2. RESUMEN CAPITULOS 01 - 10 Comenzamos con una presentación personal, el la que el protagonista nos cuenta un crimen cometido por su persona, y a la vez nos dice que este es recordado por todos. Juan Pablo Castel en su afán de reflexión recuerda la frase “todo tiempo pasado fue mejor”, él tenía una ideología, donde las personas inservibles deberían de ser eliminadas, contándonos diversas experiencias que tuvo en su pasado. Nos cuenta el motivo por el que nos narra la historia de su crimen, caracterizándose de vanidoso, incluyendo a todo ser vivo con dicho defecto, incluso nos dice que siento orgullo vanidoso por haber acudido rápidamente ante la presencia de su madre, quien estaba en sus últimos momentos. También nos habla acerca de la soberbia, el orgullo y su afán de contar a detalle cada parte de su vida, dándonos a entender la ausencia de importancia hacia ella, nadie lo entendía, empero la única que persona que logro aquello fue asesinado por su propia mano. Juan nos contara a detalle el inicio de su relación con María Iribarne, a quien asesino de la forma más imparcialmente posible. Su primer encuentro fue en un salón de exposiciones plásticas, allá por el año 1946, donde Juan el pintor presentaba un cuadro llamado Maternidad. Esta pintura se caracterizaba por presentarnos a una mujer que observaba jugar a un niño, pero lo más interesante de este lienzo era la parte superior izquierda, donde se nos mostraba la imagen de una fémina mirando en soledad el eterno mar. Juan se percato que solo una persona observaba con detenimiento esa imagen, quedándose impactado con ella, asombrado al verla desaparecer tan repentinamente. Castel nos cuenta que una tarde vio a una mujer por la calle, nos describe las diferentes formas con las que alucino el encuentro. Nos cuenta de diversa manera con que eventos no puede lidiar, ya sea en un salón de pintura ajeno al suyo, reunión con un grupo de críticos y en especial sus cualidades detestables como la arrogancia y la hipocresía. Maneras por las que no pudo llegar a tener un encuentro con esa mujer. Castel continúa explicándonos en su imaginación el encuentro con dicha damisela, las diversas formas con las que descartaba un encuentro con la mujer. Él tenía ciertos prejuicios y temores, incluso nos cuenta las diversas ideas que tenía para acercarse a ella, desde las más banales hasta las más inviables, lo que llevo a alargar aún mas su tan esperado encuentro. Reanuda el relato de la travesía con la mujer de la calle, caminando a la par de ella, teniendo una idea ordinaria, en la cual piensa que es ella quien debe de empezar la conversación, poniéndola a prueba. La visualiza entrando a un edificio, el la sigue y ya en el ascensor se arma de valor y le hace una pregunta, al no recibir respuesta se pone a pensar que es otra de sus alucinaciones. Rápidamente sale corriendo, pero inesperadamente ella lo coje de la mano, y le dice que esta nerviosa y que si recuerda esa pintura. Como intercambiando roles
  • 3. ella es quien ahora se va corriendo y Juan quien corre detrás de María, dejándola ir para volverse a encontrar en una próxima oportunidad. Buscando de nuevo a esa la mujer, Juan se dirige al mismo lugar donde comenzó a hablarle, preocupado pregunto por ella y se da con la sorpresa que el edificio no era su lugar de trabajo, pero aun así decidido esperan el momento de su entrada, sentado en un banco empezó a observar si alguien se parecía a María, lamentablemente no logro su gran rencuentro con ella. Deprimido por ello se dirigió a casa, con el juicio nublado y la necesidad de solucionar ello. Reflexiona y duda si volver a buscarla en el mismo lugar, teniendo ese impulso de volverla a ver, pero con la cordura de que esto no pueda volver suceder por un largo tiempo. Llego a casa y ya con la decisión tomada emprende un nuevo camino hacia su tranquilidad. Emprendiendo un nevo viaje, se dirigió al edificio, afortunadamente la encuentra, dirigiéndose a ella para tomarla del brazo, sintiendo un leve acuerdo. En su primer dialogo Castel nota una madurez muy avanzada para su edad, le dice que necesita de ella, no siendo correspondido escuchando que no tiene nada para ofrecerle, Juan empezó a dar gritos al sentir la indiferencia de ella. El se da cuenta que no tiene una idea clara del porque son tan importantes tanto María como el lienzo en su vida, dándole una ligera explicación a ella del porque de las cosas. Castel nos cuenta en su imagen la representación de la soledad, algo que María no quiere provocar a nadie, ya que todo aquel que se le acerque termina de igual forma. Nos confiesa que no recuerda lo último de su primer dialogo con María, nos cuenta así de sus inexplicables lapsus de memoria. Por la noche llama al hogar de María, preguntando por ella al no reconocer su voz, Juan capta rápidamente las intensiones de la secretaria, a quien deja de lado al escuchar la voz dulce de María. Le dice que necesita verla, que no ha dejado de pensar en ella, de la misma forma ella le responde que no puede dejar de pensar en todo, él se siente impaciente por saber que es ese todo, quiere saber si es correspondido de forma exacta. Al terminar la llamada Juan le asegura que lo volverá a hacer para tener una tranquilidad momentánea.
  • 4. EL TUNEL (ERNESTO SABATO) CAPITULO 11: Aquella noche Castel sale a la avenida Corrientes, la zona más ajetreada de la ciudad de Buenos Aires. Recuerda que al principio del relato se propuso narrar los hechos con imparcialidad, y por eso confiesa que, aquella vez, el desprecio que suele sentir por la humanidad se suspendió momentáneamente. CAPITULO 12: A la mañana del día después de su primer encuentro, Juan Pablo llama a la casa de María y se entera que ella se fue al campo. Inmediatamente, empieza a conjeturar sobre por qué se fue, decepcionado por no poder verla. Le avisan que María dejó una carta en la casa y él va a buscarla. Cuando llega, un criado lo hace pasar a una sala llena de libros. Allí se encuentra con un hombre ciego, quien se presenta como el señor Allende, esposo de María. Castel está impactado. No sabía que María estaba casada y lo sorprende la actitud de Allende, que lo trata cordialmente y sin aparentar ninguna sospecha. Este hombre le entrega a Juan Pablo la carta de María, que contiene estas palabras: “yo también pienso en usted”. Allende le habla a Castel de María, de cómo ella suele confundir impulsos con urgencias. Después le cuenta que ella se fue a la estancia familiar de su primo Hunter, persona que Juan Pablo conoce y desprecia. El pintor no ve la hora de salir de allí y avisa que debe irse. Mientras sale de la casa, se pregunta a sí mismo: ¿qué comedia abominable es esta?
  • 5. CAPITULO 13: En este capítulo, Castel desarrolla todas sus conjeturas sobre lo que ha pasado hasta ahora. Empieza analizando el primer llamado telefónico, cuando surgieron sus primeras sospechas. Cree entender ahora por qué la mucama que lo atendió vaciló cuando él preguntó por la “Señorita Iribarne”, dado que María es una mujer casada. Sin embargo, como no lo corrigió, Juan Pablo deduce que la empleada debe estar acostumbrada, lo que significa que María debe recibir este tipo de llamadas con frecuencia. Castel empieza a pensar que en la vida de María debe haber otros hombres como él, y sospecha de la relación de María con Hunter. Se pregunta por el hecho de haber recibido la carta en manos de su marido ciego. Imagina que quizás María encuentra algún placer en este tipo de juego. También supone que tal vez ella quiso que él supiera de este modo que estaba casada, para que entienda la inconveniencia de seguir adelante con su relación. En este punto interpela a sus lectores, que seguramente piensan que esta última opción es la más simple y probable. Admite entonces que él tiene la manía de elegir siempre las hipótesis más complejas, pero se justifica preguntándose por qué la realidad ha de ser simple. Juan Pablo trata de olvidar estos razonamientos rebuscados e intenta rescatar cierta timidez y fragilidad que percibió en María durante su primer encuentro, algo de su mirada que no logra precisar. Nos cuenta que quiso desechar todas sus sospechas, pero que no pudo. CAPITULO 14: En este capítulo breve, Castel cuenta que los días siguientes a este descubrimiento son agitados. Quiere saber cuándo volverá María de la finca y le envía una carta desesperada, preguntándole por su regreso y pidiéndole que lo llame en cuanto esté en Buenos Aires. Cuenta también que en esos días tiene un sueño en el que visita, de noche, una casa vieja y solitaria que le resultaba familiar, como si allí se conservaran los recuerdos de su infancia. En el sueño, se siente por
  • 6. momentos perdido en la oscuridad, acechado por enemigos escondidos. Al despertarse, comprende que, en este sueño de temor y alegría, la casa representa a María. CAPITULO 15 Castel se siente perdido en la oscuridad de sus pensamientos hasta que recibe una carta de su amada. En esta carta, María construye una imagen de sí misma como la de la mujer en la ventana del cuadro: solitaria, observando el mar. Interpela a Castel y lo trata con intimidad. Cree que él adivinó con su pintura la forma de su ser, pero cierra la carta diciendo que la imagen de Juan Pablo se ha interpuesto entre ella y el mar. A Castel estas palabras lo llenan de felicidad, siente que María le pertenece y que él le es tan necesario a ella como ella a él. Termina este capítulo lamentándose de haberla asesinado. CAPITULO 16 Después de un desesperado intercambio de cartas breves, en las que Castel le confiesa que la quiere y ella le dice que teme hacerle daño, se vuelven a encontrar cuando María regresa del campo. Se citan nuevamente en una plaza mientras anochece, y hasta se quedan a oscuras. Castel se siente feliz de volver a verla, pero el reencuentro no llega a hacer lo que espera. La conversación se entorpece con las preguntas demandantes de Juan Pablo y los silencios de María. Él quiere saber por qué lo abandonó y ella no le responde, porque no quiere hablar de ella, sino de Castel y de su pintura. Juan Pablo se desespera, la agarra con violencia y le exige que le diga si lo quiere. Como no la puede ver en la oscuridad, enciende un fósforo para ver su rostro y llega a vislumbrar por unos instantes el dejo de una sonrisa, que interpreta como una burla a su amor. Castel le recrimina esa sonrisa y María se pone seria y se entristece. En rigor, confiesa Juan Pablo, no ve aquel gesto, sino que percibe un rastro de aquella sonrisa en el rostro serio de María. Ella entonces confirma que tenía razón cuando le dijo que se harían daño. Castel siente que toda la conversación es absurda.
  • 7. CAPITULO 17: Juan Pablo cuenta que durante más de un mes se vieron con frecuencia. Recuerda esos días como maravillosos y horribles a la vez. María visita su taller regularmente. Allí, se suceden escenas similares a las del fósforo, en las que Castel duda de su amor. Es entonces cuando quiere poner a prueba su vínculo a través del acto sexual. Pero esto solo le trae más dudas: Castel cree que María finge el placer y eso lo angustia y lo llena de sospechas. Castel nos cuenta que es frecuente en su relación el paso de la ternura a la violencia. Toma como ejemplo una situación que se repite varias veces: en un momento de arrebato, Castel le retuerce los brazos a María y le exige que admita sus mentiras. Ella entonces responde con mirada asustada y triste. Esta reacción hace que Juan Pablo se arrepienta y le pida perdón. Sin embargo, reconoce que es inútil que María intente convencerlo de su error, porque no confía en ella. Cree que María lo engaña con otros, y en una ocasión llega a decirle que es una prostituta. Entonces, ella se echa a llorar y nuevamente Juan Pablo le pide perdón. Como María se recompone rápidamente, Castel empieza a sospechar de nuevo que todo es una gran comedia. CAPITULO 18: En este capítulo, Castel recupera un diálogo que tuvo con María, en el que él le pregunta sobre la primera conversación telefónica que tuvieron. Como si se tratara de un interrogatorio, Juan Pablo trae sus “pistas” y María las desestima como tales. Él le pregunta por qué la criada vaciló cuando él la llamó “señorita”, y ella le responde que no eso tiene ninguna importancia. Como Juan Pablo quiere saber si hubo otros como él, saca a la luz un nombre: Richard. Esta persona, nos enteramos por la conversación, tuvo una relación con María en el pasado y se suicidó. Castel quiere saber si ella lo amaba y María le responde que no, que solo se sintió atraída por su lado oscuro y destructivo, como a veces le atrae la muerte. También le dice que Richard se parecía un poco a Juan Pablo,
  • 8. pero solo en su parte negativa. Castel nos admite que no le preocupaba tanto Richard, de quien algo sabía, como lo hacían las personas desconocidas que ella no mencionaba pero que él creía que existían. CAPITULO 19: Continúa este capítulo con otra conversación, esta vez sobre el esposo de María, Allende. Castel quiere saber si alguna vez lo amó y si lo ama todavía. María nota que este diálogo entorpecido ya lo tuvieron muchas veces de forma casi idéntica. En efecto, Castel la interroga para saber hasta qué punto María es capaz de engañar. La presiona entonces hasta que ella admite que todavía tiene relaciones sexuales con su marido, aunque no lo desea. Entonces Juan Pablo deduce que María hace lo mismo con él. Mientras ella llora en silencio, Castel quiere herirla y la acusa de estar engañando a un ciego. CAPITULO 20: Este capítulo condensa los pensamientos y las emociones que tiene Castel luego de hacer aquella acusación. Admite que se arrepiente en el mismo momento en el que pronuncia esas palabras. Tiene la sensación de ser dos personas al mismo tiempo: la que quiso herir a María y la que reconoce la torpeza y la crueldad de su acusación y toma partido por ella. Juan Pablo le pide perdón y María le asegura que no le guarda rencor, aunque se retira del taller. Él sale a buscarla, pasa por la casa de María y luego por los lugares de la ciudad que frecuentaban, pero no puede encontrarla. Cierra el capítulo con estas palabras: “algo se había roto entre nosotros”.
  • 9. CAPÍTULO 21 Castel nos expresa el sentimiento de soledad que lo invade después de este suceso. Experimenta un gran desprecio por la humanidad, pero ahora que él ha protagonizado un acto mezquino se considera parte de aquello que desprecia. Entonces le viene el deseo de suicidarse. Aquel día se emborracha por la zona del puerto, en un cafetín con personas que considera repulsivas. Se acerca al río y, al observar el agua sucia, vuelve a pensar en el suicidio. Confiesa entonces que cuando llega al borde de la desesperación, se aferra de nuevo a la vida. Sin saber cómo o por qué, llega a la casa de María de madrugada. Decide llamar por teléfono y cuando le atienden, cuelga. Se queda un rato por ahí hasta que finalmente decide volver a su casa tirándose en su cama para dormir. CAPÍTULO 22 Castel cuenta lo que sueña aquella madrugada: que llega a una casa con sus amigos donde no noto nada extraño afuera, pero adentro se dio cuenta que era una trampa y es ahí donde un hombre desconocido lo transforma en un pájaro de tamaño humano. En el sueño sus amigos no notan nada extraño. Él intenta pedirles ayuda y de su boca salen graznidos en vez de palabras, pero sus amigos tampoco notan esta diferencia, como si lo estuvieran oyendo normalmente. Juan Pablo comprende entonces que nadie sabrá nunca que ha sido transformado en pájaro y del peligro de esa casa. CAPÍTULO 23 Después de aquel terrible sueño, Castel se despierta y llama a la casa de María, para descubrir que se fue de nuevo a la estancia en el campo. Le envía varias cartas pidiéndole perdón y expresando que no merece su amor y que está condenado a morir en soledad. En la última carta le cuenta que pensó en suicidarse. María entonces le responde con una carta en la que le pide que vaya a la estancia. Juan Pablo prepara las maletas y corre a la estación de tren.
  • 10. CAPÍTULO 24 Al llegar, Castel se incomoda debido a que María no lo pasa a buscar por la estación de tren sino un chofer que le dice que la señora no había podido ir ya que estaba enferma. Piensa en volver a Buenos Aires pero finalmente decide quedarse. Llega a la estancia y lo reciben Hunter y Mimí Allende, una señora afrancesada que le parece tan fea y desagradable como Hunter. Ellos reiteran que María tiene una enfermedad y que está en la cama. Castel entonces se propone examinar a sus huéspedes, para detectar bien qué clase de personas son. Detecta en Hunter un tono irónico en su voz mientras este le enseña su cuarto. Cuando se queda solo en su habitación, Castel se pone nervioso ante la idea de que María está cerca sintiéndose desorientado. CAPÍTULO 25 En este capítulo atendemos una conversación entre Mimí y Hunter, de la que Castel no participa, pero que escucha. En primer lugar, hablan de autores rusos y de traducción; Hunter acusa el uso abusivo del francés de Mimí. Luego, se dedican al género policial, que a Mimí le gusta pero a Hunter no. Este último cuenta que tiene una teoría sobre ese género literario: el policial es al siglo XX lo que las novelas de caballería a la época de Cervantes. Sostiene que es posible hacer una parodia del género policial como si fuera el Don Quijote de nuestra época, en la que un personaje, después de leer muchas novelas policiales, pierde la razón y se larga a descubrir crímenes como si el mundo fuera una historia detectivesca. Mimí se burla de Hunter e interpela a Castel, que solo asiente con indiferencia. El pintor se siente muy triste y no sabe bien el porqué. Hunter luego cuenta una trama policial que se le ocurrió, en la que un hombre trata de resolver los asesinatos de su madre, su mujer y su hijo, hasta que descubre que él ha sido quien los mató, lo que convierte al detective en el asesino. Luego hablan de otros temas, mientras Juan Pablo elabora una hipótesis: María se retiró para no tener que soportar a Mimí. Esto lo tranquiliza, pero también se da cuenta de que su tristeza se debe al temor de que María pertenezca a aquel mundo hipócrita y frívolo de Mimí y Hunter. CAPÍTULO 26
  • 11. Cuando Mimí, Hunter y Castel salen a pasear por el parque, María aparece y se les une. Mientras conversan, Juan Pablo piensa en el vínculo secreto que existe entre ellos, y aunque esto lo enorgullece, también se vuelve a entristecer por todo lo que ha ocurrido. María le pide a Castel que le muestre unas pinturas y, con esa excusa, se apartan del resto. En este momento, Juan Pablo confiesa que ahora que ha pasado un tiempo desde que la mató, entiende que está pagando por no conformarse con la parte de María que lo salvó momentáneamente de la soledad, y por haber deseado poseerla de forma absoluta y exclusiva. CAPÍTULO 27 Castel nos cuenta que, al principio, pensaba quedarse varios días en la estancia, pero que se marcha temprano al día siguiente de su llegada. Esto se debe a lo que narra a continuación. María y Castel se dirigen a un acantilado que da al mar. Mientras pasean, Castel se sorprende por el modo en el que María disfruta de la naturaleza, aunque luego se entristece porque él no comparte aquel goce. Cuando llegan al acantilado, María empieza a contarle lo mucho que deseaba estar con él en ese lugar. Le confiesa el modo en que se identificó con él a través de su cuadro, y cómo sintió que él, al igual que ella, estaba en la búsqueda de un interlocutor mudo. Luego, le cuenta que durante su primer encuentro, ella intentó desorientarlo y desanimarlo, sabiendo que podía hacerle daño. Castel escucha estas palabras alucinado. Empieza a caer en una especie de encantamiento mientras el mar se va transformando en un “monstruo oscuro”. Siente deseos de tirarse del precipicio y de arrastrar a María con él. También admite un fuerte deseo de estrangularla hasta ahogarla. Entonces se da cuenta de que, mientras piensa estas cosas, ha dejado de escuchar a María, quien acaba de hacerle una confesión importante que él no pudo oír. Pone su cabeza en el regazo de María dejando que sus sombríos pensamientos lo invadan por completo. CAPÍTULO 28 Al regresar a la estancia, encuentran a un Hunter muy agitado. Mimí se ha ido. Durante la cena, los tres hablan muy poco. Pablo pensó que Hunter estaba celoso, dedujo que si estaba celoso era porque entre María y él había sucedido
  • 12. algo, entonces concluyó que María y Hunter eran amantes. Entonces Juan Pablo pretexta cansancio, se dirige a su habitación y finge cerrar su puerta, pero se queda oyendo la conversación entre María y Hunter. No distingue sus palabras, pero percibe la agitación de Hunter. Luego, escucha que suben a los dormitorios y percibe pasos de mujer frente a su cuarto. Después no oye nada más. A la madrugada del día siguiente se marcha sin despedirse, caminando a pie hacia la estación. Allí, espera un par de horas hasta la salida del tren, deseando que María vaya en su búsqueda. Esto no sucede, y Juan Pablo toma el tren sintiendo una infinita tristeza. CAPÍTULO 29 Castel cuenta que los días que preceden a la muerte de María son los más atroces de su vida. No recuerda todos los detalles de esa experiencia, porque pasa una parte de ese tiempo alcoholizado. En su memoria se entremezclan imágenes de la estancia, de los bares de mala muerte a los que va y unas pesadillas que tiene, en las que camina por los techos de una catedral. En uno de esos días, luego de haberse quedado dormido vestido en la bañera, se levanta y le escribe a María una carta hiriente en la que la acusa de ser amante de Hunter. Impulsivamente envió la carta por correo. CAPÍTULO 30 Luego, cuando Pablo salió del correo, pensó que no debía herir de esa manera a María se da cuenta de que en su escrito no ha explicado por qué dedujo que María era amante de Hunter. Tampoco sabe qué quería lograr exactamente con sus hirientes palabras. Admite que su hipótesis sobre el amorío entre Hunter y María era solo eso, una hipótesis, y no un hecho corroborado y por ello decidió retractarse de enviar la carta, así que buscó el recibo para ir a reclamar la carta, pero no lo encontró. Decidió volver al correo y le dijo a la que atendía que había perdido el recibo pero que quería sacar una carta que hace poco había enviado porque ya no la quería enviar, pero la mujer le dijo que eso era imposible ya que el reglamento no se lo permitía. Él insistió diciendo que podía demostrar que la carta era de él, pero ella le dijo que esos documentos no servían. Al final la mujer accedió a buscar la carta y comprobar que erade él, para ello le hizo una serie de preguntas. Pablo le dijo que le podría mostrar la cédula, pero ella dijo que eso tampoco servía, entonces él estalló en ira
  • 13. diciéndole que la mandará si así lo quería y decidió esperar afuera hasta la salida del personal para insultar a esa mujer
  • 14. Nombres y apellidos: Cruz Valdivia Fritz Wolfrand Resumen capítulos 31-39 CAPITULO 31 Después de una hora de espera, decide irse de la puerta del correo, ya que, no lograría nada con insultar a la mujer y era mejor que esa carta llegara a María. Más adelante se fue a sentar en la Recoleta, es allí donde se puso a meditar sobre sus sentimientos y fue así que decidió llamar a María, sin embargo, atendió la llamada el mucamo y le dijo que ella no se encontraba, y que dentro de una hora le llamaría la señora. Cuando Juan Pablo hablo con María y le hizo varias preguntas precisas de las cuales María no respondió, por ello él amenazo con suicidarse si no la veía en seguida, en Buenos Aires. María le dijo que lo único que lograrían sería herirse una vez más, pero Pablo estaba decidido y colgó el teléfono. CAPITULO 32 A pesar de que la vería al día siguiente, Juan Pablo se sentía triste, por ello en la tarde se fue a un bar a beber donde realizó una pelea con un marinero y contrato a una prostituta, para posteriormente llevarla al taller, cuando estaban en la habitación la expresión de la rumana le hizo recordar a María, entonces la saco violentamente de su casa, incluso le dijo que si no se iba la mataría. Luego de este suceso Pablo se fue a la bañadera para aclarar sus ideas, concluyo que María era una puta. CAPITULO 33 Todas las conclusiones que había sacado, para él eran ciertas, pero le había faltado algo importante, ¿Qué opinaban las demás personas? Así que llamó a Lartigue, un escritor, y le dijo que lo iría a visitar. Ya estando en casa de Lartigue empezaron a hablar de uno de sus libros, pero luego Pablo le pregunto ¿Desde hace cuando son amantes Hunter y María? Lartigue le dijo que no sabía nada y siguió hablando de su libro. Acabada la conversación, Pablo llamó a María, y quedaron de encontrarse en la Recoleta. María le dijo que sólo había ido porque él se lo pidió tantas veces, pero ella agrego que no debería estar ahí, porque Hunter se encontraba enfermo a lo que Juan Pablo le respondió con agradecimiento y que a las cinco en punto se verían. CAPITULO 34 Antes de las cinco Pablo estaba en la Recoleta y allí se puso a pensar mientras esperaba a María. Recordaba todos los momentos que habían pasado en ese lugar y reflexiono que era posible dejar de lado todo lo sucedido con María, y que podía empezar, a partir de ese instante de lucidez, una nueva vida, pero a las 05:30 pm María aún no había llegado. La llamó y la mucama le respondió que había vuelto
  • 15. repentinamente a la estancia. Indignado, Pablo volvió a su taller y pensaba que María prefería estar con Hunter que con él. Al llegar al taller llamó de nuevo a María y pregunto que si antes de que ella partiera había recibido una llamada de la Estancia y le dijeron que sí. Fue así que se puso iracundo, fue en busca de un cuchillo y con este destrozo el cuadro de la escena de la playa y luego fue donde Mapelli, su amigo, y le pidió prestadas las llaves de su carro, éste le preguntó para qué las necesitaba, y Pablo le respondió que su padre estaba enfermo y debía ir a verlo, al final Mapelli le prestó el carro. CAPITULO 35 Juan Pablo calculó que llegaría aproximadamente a las 10:00 pm a la Estancia y esta le parecía una buena hora, mientras viajaba pensaba en que María y él parecían separados por un muro de vidrio, en el cual Juan Pablo podía ver, pero no oír ni tocar; y así, separados por el muro de vidrio, habían vivido ansiosamente, melancólicamente. También sentía una voluptuosidad que le hacía pensar en el desprecio que él sentía por ella. Se acordaba de la cita a la que ella no fue, para que la citaría si se volverían a decir esas cosas oscuras y ásperas, una vez más parecerían separados por esa pared de vidrio. Pablo llegó a la Estancia como a las 10:15 pm, se acercó a la casa y vio que aún estaba prendida las luces en la planta baja. Luego se posiciono en un lugar para poder apreciar la salida de la gente. CAPITULO 36 Juan Pablo siente que su espera no termina. Piensa que han vivido en un túnel paralelo y que el último encuentro ha llegado. Nunca llegaron a unirse, los túneles continúan siendo paralelos. Realmente sólo hay un túnel oscuro y solitario y es el suyo, en el que pasó su infancia, su juventud, en sí, toda su vida. Ella vive en un mundo libre y lo ve desde una ventana que tiene su túnel. Siente que su destino era más solitario de lo que imaginaba. CAPITULO 37 Juan Pablo vio que María y Hunter bajaban por la escalinata. Pablo piensa en lo que María podía sentir, ya que ella sabía que él la necesitaba, que esa tarde la había esperado, que habría sufrido horriblemente cada uno de los minutos de inútil espera. También se preguntaba ¿Qué podía hablar María con Hunter? Y se imaginaba que se podían estar burlando de él. Ellos caminaban por el parque cuando empezó a llover y decidieron volver a su casa, allí subieron las escaleras, Pablo observó que la luz del dormitorio de Hunter fue la primera en encenderse y eso le pareció lógico, ya que era el dormitorio principal y estaba junto a las escaleras, pero luego esperó a que se prendiera la luz de la habitación de María,
  • 16. pero eso no sucedió, inmediatamente dedujo que ella dormía con Hunter y sintió que su cuerpo se derrumbaba. CAPITULO 38 Juan Pablo empapado por la lluvia y sus lágrimas vio que se encendía la luz del otro dormitorio. Inmediatamente corrió hacia allá, trepó hasta llegar a ese cuarto y entro por la ventana. Ahí estaba María, ella al verlo le preguntó ¿Qué hacía? Él le dijo que la debía matar, le acaricio el cabello, llorando le incrusta en el pecho el cuchillo que llevaba consigo, ella lo miró con dolor y humildad, él clavo muchas veces el cuchillo en su pecho y vientre. Luego sintió que una rara sensación se apoderaba de él y la siguió apuñalando en el pecho y el vientre. Después de esto salió tomó el auto y partió hacia Buenos Aires. Cuando llego allí llamo a Allende y le dijo que debía verlo. Cuando estuvo en la casa de Allende, le dijo a éste que María era su amante y de Hunter, que los había estado engañando a todos. Allende intento cogerlo para golpearlo, pero no fue capaz. Luego de esto se entregó a las autoridades. Sentía que dentro de él había una caverna negra y se iba agrandando dentro de su cuerpo. CAPITULO 39 En esos meses de encierro Juan Pablo ha intentado razonar sobre la última palabra de Allende, la palabra insensato. Cuando logré hacerlo, también analizara el motivo del suicidio de Allende. Mientras tanto Pablo sigue pintando en las paredes de su celda y piensa que el lugar se esta volviendo cada vez más hermético.