El documento describe una visión en la que el autor se encuentra en un juicio ante Dios, acusado de pecados. Satanás actúa como fiscal, enumerando los pecados del autor. Jesús es el abogado defensor del autor y reconoce sus pecados, pero argumenta que el autor aceptó a Jesús como su salvador y por lo tanto pertenece a Él. Jesús ya pagó el castigo por los pecados del autor en la cruz. Dios declara al autor libre y el caso concluido.