2. La algarabía de halloween había quedado atrás,
junto con las luces de la ciudad. Habíamos
tomado un camino de tierra que pasaba por
zonas de monte y pastizales, y esa noche todo
estaba oscuro. Yo iba conduciendo. La
camioneta vibrada y saltaba con las
irregularidades del camino, pero a pesar de eso
Mónica igual dormía, porque iba muy cansada.
En un tramo del camino que era recto, las luces
del vehículo iluminaron a lo lejos a cuatro
contornos humanos. Cuando estuve lo
suficientemente cerca creí que eran unos tipos
disfrazados de muertos andantes. Me sorprendió
que hubieran llegado hasta allí a pie. Después
supuse que los habían arrimado en algún coche,
pero el próximo pueblo estaba tan lejos que
igual era raro.
Caminaban muy lento, arrastrando los pies, y
creí que aquello era una actuación. Marchaban
alineados, y dos de ellos iban por el medio del
camino. Disminuí la velocidad un poco, pero
como no se apartaban toqué la bocina.
3. Mónica despertó con un sobresalto por la bocina. En ese
momento los caminantes se apartaron y giraron sus caras
hacia nosotros. ¡Eran horribles! Ni el mejor maquillaje del
cine luciría tan aterrador.
A Mónica se le escapó un grito de terror; yo aceleré y
pronto estuvimos lejos de allí.
Después intenté calmarla, pues seguía asustada, pero ni
yo creía lo que le decía:
4. Unos kilómetros más adelante sentimos un
sacudón que por poco no nos hizo voltear. Me
detuve en un costado y bajé.
5. - Es un neumático, se le abrió un agujero -le
dije.
- Cámbialo rápido. No quiero estar aquí.
¿Quieres que te ayude? -me dijo ella,
asomándose por la ventanilla.
- No, yo puedo solo. Son unos minutos nomás.
6. Estaba por terminar de colocar la rueda
cuando los vi surgir de la oscuridad. Eran los
cuatro muertos. La luz intermitente del
vehículo parado los hacía lucir todavía más
espeluznantes.
Mónica los vio por el retrovisor y se puso a
gritar. Terminé de ajustar la última tuerca y
me lancé hacia el interior de la
camioneta. Nuevamente los dejamos atrás,
pero como evidentemente eran apariciones o
alguna otra cosa sobrenatural, fuimos a
tranquilizarnos recién cuando vimos el
amanecer.