La familia cubana recibió sorprendida el ataúd con el cuerpo de la tía Jimena enviado desde Miami. Al abrirlo encontraron una carta explicando que dentro del ataúd habían diversos objetos y ropa para ser repartidos entre la familia, aprovechando el envío del cuerpo. La carta instruía cómo dividir detalladamente los artículos entre los diferentes miembros de la familia.