Este poema habla sobre los pequeños detalles de la vida que aparentemente no son importantes pero que quedan grabados en la memoria, como una frase, una sonrisa o una mirada compartida en un momento de complicidad. Aunque a veces no les damos mucho valor en el momento, son esos pequeños detalles los que llenan nuestras vidas de recuerdos y los que somos capaces de apreciar y atesorar para siempre.