De cada 100 empresas que se crean en un año, el 70% no sobreviven más allá de los dos primeros años. Entre las razones que motivan tan elevada mortalidad se encuentran los problemas de financiación, que se han agravado con la coyuntura existente: contracción del crédito bancario, caída en el presupuesto de las ayudas públicas, demanda de proyectos más consolidados por parte de la inversión privada, etc. Es por ello más importante que nunca fijar por anticipado una adecuada estrategia que permita financiar la innovación a lo largo de las diferentes etapas de crecimiento de un proyecto.