La evaluación educativa ha evolucionado significativamente durante el siglo XX, comenzando con los tests estandarizados y moviéndose hacia enfoques más cualitativos y basados en la investigación. Ahora se centra en comprender mejor el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes mediante múltiples métodos de recolección de datos, con el objetivo final de mejorar la enseñanza y el aprendizaje.