Jesús se encuentra con José, un niño de primaria, después de la escuela y lo lleva a dar un paseo. Visitan un templo hermoso, donde Jesús predice que llegará el día en que no quedará piedra sobre piedra. Más tarde, Jesús advierte a José sobre falsos profetas y desastres naturales, pero le asegura que las guerras son causadas por los hombres, no por Dios. Finalmente, Jesús le cuenta a José sobre los primeros cristianos que fueron perseguidos pero alcanzaron el c
2. Un día Jesús fue al colegio, estaba esperando a José,
que era un niño de primaria; cuando José salió de
clase vio a Jesús, que le dijo, sígueme y te
resolveré tus dudas, tus padres me han dicho que
te acompañe y te explique algunas cosas; ven
conmigo.
3. Jesús y José fueron dando un paseo por la
ciudad y llegaron al templo, era un templo
precioso, y José quedó maravillado de su
belleza; Jesús se le quedó mirando con
ternura y le dijo:
4. - ¿Te parece bonito?
- Si Jesús, es muy
grande y bonito
- Esto que
contemplas, José,
llegará un día que
no quedará piedra
sobre piedra.
5. José se extrañó
mucho, pues no
entendía por qué
Jesús le decía eso,
y le preguntó:
- Jesús, ¿Cuándo será
eso?, porque mi
amigo Juan me dijo
que confiara en él y
que le siguiera para
todo, para jugar,
para comer, incluso
para hacer los
trabajos de clase.
6. Jesús volvió a mirarle con gran ternura y le dijo:
- No vayas tras él, porque oirás muchas cosas, diciendo
“El momento está cerca” pero no será cierto…no te
asustes cuando veas por la tele inundaciones…
7. En ese momento José le interrumpió y le dijo:
-¿Inundaciones como la de Filipinas?
-Sí, exactamente, como la de Filipinas.
-Oye Jesús y…¿por qué hay guerras? ¿Por
qué pasan estas cosas?
-Las guerras son por causa del hombre, no por
causa de Dios. Mira José, te voy a contar
una historia, pasó hace muuuucho tiempo,
hubo personas que querían seguirme
¿sabes? Pero había personas que no lo
entendían, y les persiguieron, incluso sus
amigos, y su familia…pero…¿sabes qué
pasó al final?
-No Jesús, dímelo.
-Pues que se convirtieron en mártires, y ahora
están con Dios en el cielo, porque no
tuvieron reparo en hablar en mi nombre y
salvaron sus almas.
8. En ese momento
Jesús
desapareció, y
José se había
dado cuenta de
que estaba en la
puerta de su casa,
con una sonrisa
muy grande en la
cara, y con más
ganas de seguir a
Jesús que antes.