1. Para vivir la Semana Santa
TÚ-en-ti
Idea general
Se propone a los chavales que continúen utilizando la red social de Jesús, “TÚ-en-ti”, como ya hicieron
durante el Adviento, la Navidad y la Cuaresma. Él nos invita a vivir en plenitud la Semana más im-
portante para los cristianos, la Semana Santa. Ese TÚ con Mayúsculas es ÉL, que por amor
quiere que seamos sus amigos, que le sigamos. De verdad es un TÚ-en-ti.
Se continuará utilizando una cuartilla con frases y terminología similares a las que encontramos cuando
participamos en una red social.
En el desarrollo de la dinámica también se utilizarán palabras y elementos que encontramos en la red
social.
Continúa utilizando TÚ-en-ti
Se les invita a inscribirse, con frases del tipo “relaciónate con montones de amigos”, “comparte tu fe con
quienes quieras”, “participa en eventos”, “forma parte de los grupos de los amigos de Jesús”...
Se les entregarán más fichas, tamaño A4, que
se añadirán a las que ya tenían, y todas juntas
formarán su “página”. Así pueden tener su
“Historial”. Seguirán haciendo las anotaciones
en su Muro, los amigos que agregan, los even-
tos en los que participarán, las invitaciones
que reciben, las páginas o grupos que le gus-
tan, etc:
Como ya se ha utilizado la dinámica, ya tienen los “Datos personales”. También tienen nombres en la
columna “Amigos”.
La columna central se irá rellenando según lo indicado cada domingo.
En la columna de la derecha irán anotando los “compromisos”, es decir, los eventos en los que van a
participar y los grupos a los que se van a unir, aplicaciones que van a descargar...
2. DOMINGO DE RAMOS - A
Por toda la red social TÚ-en-ti circula una invitación a un
evento. El acompañante les pasa una tarjeta que simula
una invitación a un evento:
Descripción: Jesús va a entrar en Jerusalén.
Lugar: Betfagé, junto al monte de los olivos.
Confirmas tu asistencia al evento: SÍ NO TAL VEZ.
El acompañante presenta al grupo una hoja
en la que aparece Jesús montado en una borri-
ca.
MENSAJE
Lectura del Evangelio de la entrada de Jesús: Mateo 21, 1-11
Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, junto al monte de los Olivos, Jesús mandó dos
discípulos, diciéndoles:
«Id a la aldea de enfrente, encontraréis en seguida una borrica atada con su pollino, desatadlos y traéd-
melos. Si alguien os dice algo contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto».
Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta: «Decid a la hija de Sión: Mira a tu rey, que
viene a ti, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo de acémila».
Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron
encima sus mantos y Jesús se montó. La multitud extendió sus mantos por el camino; algunos cortaban
ramas de árboles y alfombraban la calzada.
Y la gente que iba delante y detrás gritaba: «¡Viva el Hijo de David!; ¡Bendito el que viene en nombre del
Señor!; ¡Viva el Altísimo!»
Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad preguntaba alborotada: «¿Quién es éste?»
La gente que venía con él decía: «Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea».
Tras su lectura, el acompañante comenta con el grupo el texto.
3. Escribimos en el Muro. ¿Por qué entra así Jesús en Jerusalén?
¿Por qué la gente reacciona de esa manera? ¿Qué esperaban de Jesús?
Te unes al grupo: “Yo también grito: “Viva el Hijo de David”
Envía un MENSAJE, por correo, a tus contactos, con esta
oración u otra que hagas tú:
4. JUEVES SANTO - A
El acompañante les pasa una tarjeta que simula una invi-
tación de Jesús:
Jesús te invita a cenar, has recibido un correo suyo.
“Te espero esta noche. Va a ser una cena tranquila y entre
amigos. Ah, os tengo preparada una sorpresa”
Confirmas tu asistencia al evento: SÍ NO TAL VEZ
El acompañante presenta al grupo una hoja
en la que aparece la escena de la Última Cena.
MENSAJE
Lectura del Evangelio de Jueves Santo: Juan 13, 1-15
Antes de la Fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Pa-
dre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando (ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entre-
gara) y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía,
se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina
y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
Llegó a Simón Pedro y este le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tu a mí?»
Jesús le replico: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde».
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás».
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo».
Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza».
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio.
También vosotros estáis limpios, aunque no todos». (Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo:
“No todos estáis limpios”.)
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que
he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “El Maestro” y “El Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues
5. si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros:
os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».
Tras su lectura, el acompañante comenta con el grupo el texto.
Escribimos en el Muro. ¿Cómo reaccionaría yo en una situación semejante?
¿Me dejaría lavar los pies?
¿Qué ha querido enseñarnos Jesús con este gesto?
¿Qué tengo que hacer para “lavar los pies” a otros?
El acompañante les pasa una tarjeta:
Acabáis de formar el Grupo “Lavapiés”
y lo dais a conocer al resto de la Red
Envía un MENSAJE, por correo, a tus contactos, con
esta oración u otra que hagas tú:
6. VIERNES SANTO - A
El acompañante les pasa una tarjeta que simula un co-
rreo electrónico en el que pueden leer:
En la Red Social TÚ-en-ti hay un aviso urgente:
¡¡¡VAN A ARRESTAR A JESÚS!!!
El acompañante presenta al grupo una hoja
en la que aparece Jesús siendo arrestado.
Lectura del santo Evangelio
según san Juan 13, 1-15
MENSAJE
Juan Zebedeo dice: “LO HAN ARRESTADO”
En aquel tiempo Jesús salió con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, y
entraron allí él y sus discípulos. Judas, el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a me-
nudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos sacerdo-
tes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre
él, se adelantó y les dijo: «¿A quién buscáis?»
Le contestaron: «A Jesús el Nazareno».
Les dijo Jesús: «Yo soy».
La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ataron y lo llevaron primero a
Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdote aquel año. Simón Pedro y otro discípulo seguían a
Jesús. Ese discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote,
mientras Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló
a la portera e hizo entrar a Pedro.
El acompañante comenta con el grupo la lectura y respondemos: “¿POR QUÉ LO HAN ARRESTADO?”
Pedro Pescador dice: “ESTOY AVERGONZADO. ¡HE NEGADO CONOCER A JESÚS!”
La portera dijo entonces a Pedro: «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?»
Él dijo: «No lo soy».
7. Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban. También Pe-
dro estaba con ellos de pie, calentándose. Simón Pedro estaba de pie, calentándose, y le dijeron: «¿No
eres tú también de sus discípulos?»
El lo negó diciendo: «No lo soy».
Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le cortó la oreja, le dijo: «¿No te
he visto yo con él en el huerto?»
Pedro volvió a negar, y en seguida cantó un gallo.
El acompañante comenta con el grupo la lectura y respondemos: “¿POR QUÉ PEDRO PESCADOR NEGÓ
CONOCER A JESÚS? ¿CÓMO REACCIONÓ JESÚS?”
El acompañante presenta al grupo una hoja
en la que aparece Jesús con los soldados y
Jesús crucificado.
Juan Zebedeo dice: “LO HAN JUZGADO Y CONDENADO”
Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos y dijo: «¿Qué acusación presentáis contra este hombre?»
Le contestaron: «Si éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos».
Entró otra vez Pilato en el Pretorio, llamó a Jesús y le dijo: «¿Eres tú el rey de los judíos?»
Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría
luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una corona de espinas, se la
pusieron en la cabeza y le echaron por encima un manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían:
«¡Salve, rey de los judíos!» Y le daban bofetadas.
Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura. Pilato les dijo: «Aquí lo te-
néis».
Cuando lo vieron los sacerdotes y los guardias gritaron: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» Entonces se lo entregó
para que lo crucificaran.
El acompañante comenta con el grupo la lectura y respondemos: “¿POR QUÉ CREES QUE DECIDEN
CRUCIFICAR A JESÚS?”
Juan Zebedeo dice: “YA HA MUERTO. YO HE ESTADO ACOMPAÑANDO A MARÍA, SU MADRE”
Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado “de la Calavera” (que en hebreo se dice
Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre María la de Cleofás, y María la Mag-
dalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes
a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa.
Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, dijo: «Está cumplido». E, inclinan-
do la cabeza, entregó el espíritu.
8. El acompañante comenta con el grupo la lectura y respondemos: “¿CUÁLES SON LOS SENTIMIENTOS
DE JESÚS EN ESTOS MOMENTOS? DESCRÍBELOS”.
El acompañante presenta al grupo una hoja
en la que aparecen José de Arimatea y Nico-
demo en el Sepulcro.
José de Arimatea dice: “LO HEMOS PUESTO EN EL SEPULCRO. ME HA AYUDADO NICODEMO”
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, pidió a
Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. El fue entonces y se llevó el cuerpo.
Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de
mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas. Había un huerto en el sitio donde lo
crucificaron, y en el huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como el sepul-
cro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.
El acompañante comenta con el grupo la lectura y respondemos: “IMAGÍNATE QUE ESTÁS CONTEM-
PLANDO LA ESCENA... ¿QUÉ SENTIMIENTOS DESPIERTA EN TI?”
Añadimos a José de Arimatea y a Nicodemo a la lista de amigos
Envía un MENSAJE, por correo, a tus contactos, con
esta oración u otra que hagas tú:
9. DOMINGO DE RESURRECCIÓN - A
El acompañante les pasa una tarjeta que simula un co-
rreo electrónico en el que pueden leer:
María la Magdalena te ha mandado un mensaje sobre lo
que está pensando en TÚ-en-ti:
“Me voy con la otra María a ver el sepulcro”
El acompañante presenta al grupo una hoja
en la que aparece María Magdalena en el Se-
pulcro.
MENSAJE
Lectura del Evangelio de la Vigilia. San Juan 20, 1-9
En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra
María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del
cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco
como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las muje-
res:
«Vosotras no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No, está aquí: HA RESUCITADO, como
había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre
los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Mirad, os lo he anunciado».
Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría corrieron a anunciarlo a
los discípulos.
El acompañante comenta con el grupo la lectura.
10. Al poco rato, en toda la Red Social TÚ-en-ti puede leerse:
Ángel del Señor dice:
Ya sé que buscáis a Jesús el crucificado.
NO ESTÁ AQUÍ, HA RESUCITADO.
Comentamos el mensaje y respondemos: ¿Te alegras de que Jesús haya resucitado? ¿Por qué?
¿Qué consecuencias tiene?
¿Cómo vas a anunciar a otros que Jesús ha resucitado?
Concreta un compromiso.
Nos unimos al grupo:
DISCÍPULOS DE JESÚS RESUCITADO.
Envía un MENSAJE, por correo, a tus contactos, con
esta oración u otra que hagas tú: