Este poema expresa el amor profundo del autor por su esposa, a quien ve como la dueña de su vida, alma y amor. La describe como una mujer divina que le robó el corazón con sus besos y caricias, haciéndolo prisionero de su amor. Extraña terriblemente a su esposa desde que se fue una tarde de verano, dejándolo solo con la nostalgia y el frío en las noches. El autor la esperará toda la vida para volver a abrazarla, besarla y llenarla de su amor.