Benito fue enviado por su madre a la mercería a comprar un carrete de hilo azul para coser el vestido de su hermana que se había descosido. Cuando llegó a la mercería, la vendedora le dijo que el hilo para cometa cuesta más que el hilo corriente y Benito solo tenía diez pesetas, por lo que tuvo que conformarse con comprar el hilo azul corriente.