El documento describe una reunión entre el Papa y varios jefes de estado, incluyendo a George W. Bush, Fidel Castro y Vicente Fox. Al despedirse, Bush y Castro elogiaron la reunión, mientras que Fox simplemente se despidió. El Papa le preguntó a su secretario quién era Fox, a lo que el secretario respondió que era "el mismo pendejo que nos mandó un telegrama de felicitación cuando los Cardenales de San Luis ganaron la Serie Mundial".