Agustín era un niño solitario que soñaba con viajar por el mundo. Se convirtió en futbolista profesional y jugó la final de la Copa Mundial de 1998, luego actuó en Titanic y se volvió famoso. Usó su dinero para ayudar a niños desamparados en África y también se destacó como pintor y navegante. Murió solo en un accidente de esquí a pesar de haber alcanzado el éxito y la fama.