Francisco y su primo Julio van a jugar fútbol a un parque. La pelota de Julio entra a una casa abandonada. Al entrar a buscarla, Francisco encuentra el alma de una mujer que fue condenada injustamente y pide su ayuda. Francisco logra liberar el alma con la ayuda de un perro de buen corazón. Aunque Julio no le cree, Francisco queda impactado por los eventos en la casa embrujada.