Hacerse pan significa vivir no solo para uno mismo, sino también para los demás. Implica estar disponible para los demás en todo momento y estar dispuesto al sacrificio para ayudar a los demás, como el pan que se deja amasar, cocer y partir para alimentar a otros. Significa cultivar la humildad, bondad y amor como Jesús para ofrecerse a quienes tengan hambre.