El documento habla sobre la puerta angosta que lleva a la vida y el camino ancho que conduce a la perdición. Exhorta a los creyentes a examinar si están en la puerta o en el camino y a esforzarse por entrar por la puerta, la cual es estrecha y pocos la encontrarán. Para entrar por la puerta se debe estar puro y sin pecado, dejando atrás obstáculos como la mentira, la vanidad y la incredulidad. La única preocupación debe ser entrar por Cristo, quien es la puerta.