Los científicos han recreado el genoma de un hombre de Cromañón que vivió hace 45.000 años en Siberia para comprender mejor las adaptaciones genéticas que le permitieron sobrevivir en climas fríos. Al secuenciar el ADN mitocondrial completo de un solo individuo, los investigadores pudieron identificar variantes genéticas asociadas a la tolerancia al frío, el metabolismo y otros rasgos. Este estudio arroja luz sobre la evolución humana y las características que permitieron a nuestros antepasados habitar zonas templadas.