La ingeniería griega se originó alrededor de 1400 a.C. en la isla de Creta y luego en Micenas, Grecia. Aproximadamente en el 440 a.C., los arquitectos griegos construyeron templos en la Acrópolis de Atenas, siendo el primer uso conocido del metal en la construcción. Los ingenieros griegos, llamados arquitekton, estudiaron conceptos como la palanca y diseñaron estructuras como el Partenón con escaleras no horizontales.