Los materiales de construcción más utilizados por los ingenieros romanos incluyeron piedra, argamasa, madera, ladrillo y cemento. Algunas de sus obras más notables fueron el Coliseo Romano, acueductos, calzadas, puentes, puertos y faros. La ingeniería romana permitió construcciones monumentales que todavía perduran y causan admiración, y también se usó para proyectos militares y para expresar el poder del Imperio Romano.