El documento describe las principales torturas de la Inquisición española contra herejes, protestantes y personas acusadas de brujería. Estas incluyen dejar a personas desnudas en jaulas colgantes para que murieran de hambre, introducir agua en la boca a través de un embudo hasta causar asfixia o explosión del estómago, quemar los pies de personas atadas con grasa animal, y quemar personas vivas en la hoguera si no se arrepentían de sus herejías.