Las tres normas recomiendan pensar antes de publicar cualquier contenido en Internet debido a que puede permanecer accesible para otros aunque se borre, mantener en secreto la contraseña y no compartirla con nadie para proteger la privacidad, y tener cuidado con las imágenes publicadas de uno mismo o de otros para evitar arrepentimientos o daños a terceros dado que su difusión en Internet es incontrolable.