El iPad es un tablet. O una tableta. O un tableto (como lo llama Albert Cuesta ). Si fuera un ordenador, o un portátil, lo habrían llamado así. Y lo mismo puede aplicarse para el caso del móvil (o el smartphone, que es como se conoce a su variable inteligente). No, esto es otra cosa. Me gusta la definición de “pantalla personal”. El iPad es una pantalla que, literalmente, podemos llevar con nosotros a cualquier sitio, y desde la cual, podemos echar un vistazo a muchas cosas: internet, series, películas, vídeos en la red, juegos, música (al menos, las listas de reproducción, a no ser que padezcamos algún tipo de sinestesia, para lo cual, por otro lado, no se requiere un iPad), etc.