2. Un día, hace mucho tiempo, la Palabra del SEÑOR vino a Jonás. “ Levántate y ve a Nínive para predicarles. Yo he visto la maldad de la gente y ya no puedo pasarla por alto.”
3. Jonás se fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del SEÑOR. Bajó a Jope donde encontró un barco que zarpaba rumbo a Tarsis.
4. Pagó su pasaje y se embarcó con los que iban a esa ciudad, huyendo así del SEÑOR.
5. Pero Dios envió una gran tormenta sobre el mar. Fuertes vientos y enormes olas amenazaban con hacer pedazos el barco. Temiendo por sus vidas, los aterrados marineros clamaban a sus dioses para que los salvara, y tiraron la carga por la borda para aligerar el barco.
6. Durante todo este tiempo, Jonás dormía profundamente en el fondo de la nave, así que el capitán bajó a decirle. – “¿Cómo puedes dormir en un momento como este?” le gritó. “¡Levántate! ¡Clama a tu dios! Quizá te escuche y nos perdone la vida.”
7. Los marineros decidieron echar suertes para averiguar quien era el causante de la tormenta. Así que cada uno tomó una paja, y ¿adivinen quién sacó la más corta? ¡Jonás! Los marineros le preguntaron, “¿Qué debemos hacer contigo para que pare esta tormenta?” “ Tírenme al mar,” les dijo Jonás, “entonces el mar se calmará. Yo se bien que por mi culpa se ha desatado esta tormenta.”
8. Entonces los marineros clamaron a Dios, ”¡Oh SEÑOR! no permitas que nos ahoguemos por causa de este hombre, y no nos culpes por su muerte.” Así que tomaron a Jonás y lo echaron por la borda, y el mar se calmó.
9. Pero el SEÑOR envió un gran pez que se tragó a Jonás, y Jonás estuvo dentro del pez por tres días y tres noches.
10. Entonces Jonás oró al SEÑOR su Dios desde el vientre del pez. - “En mi angustia clamé al SEÑOR, y él me respondió. Desde las entrañas del sepulcro pedí auxilio, y tú escuchaste mi clamor.” Entonces el SEÑOR dio una orden y el pez vomitó a Jonás en tierra firme.
12. La palabra del SEÑOR vino por segunda vez a Jonás: “Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclámale el mensaje que te voy a dar.” ¡Esta vez, Jonás obedeció el mandato del Señor!
13. Dios puede tener un trabajo que quiere que hagas. Cuando Él te llame, ¿irás donde te mande, o correrás y te esconderás?