El documento argumenta que no se debe matar a los yaguaretés ni a sus crías. Explica que si se mata a la madre, la cría queda desprotegida. También señala que los cazadores matan a los yaguaretés sin compasión y que estos felinos son importantes de proteger debido a su peligro de extinción y porque ayudan a mantener el equilibrio ecológico de su hábitat natural.