La competencia olímpica entre EE.UU y la URSS se debió principalmente a las diferencias políticas entre los dos países durante la Guerra Fría. Comenzó en los Juegos Olímpicos de 1952 y continuó durante 36 años a medida que ambas naciones buscaban superarse mutuamente en medallas olímpicas. Terminó cuando la Unión Soviética dejó de participar en los Juegos Olímpicos en 1980 y finalmente se disolvió en 1991 tras perder la Guerra Fría.