Un joven acudió a un monasterio buscando un camino rápido para alcanzar la iluminación sin años de meditación. El maestro le propuso jugar una partida de ajedrez donde si perdía le cortarían la cabeza, y si ganaba harían lo mismo con su oponente, un monje. Aunque empezó perdiendo, el joven remontó gracias a un error del monje. Sin embargo, sintiendo piedad por él, cometió errores a propósito para perder. El maestro detuvo el juego, diciendo que