El documento discute cómo la existencia de la Isla Bermeja alteraría significativamente los límites territoriales entre México y Estados Unidos establecidos en un tratado anterior, dando a México el control de más del 80% del área en lugar del 60% actual. Los legisladores interrogan a los negociadores del tratado sobre por qué aprobaron un acuerdo que resultó en la pérdida de una gran extensión territorial para México y por qué la isla parece haber desaparecido, a pesar de que agencias de turismo aún la incluyen en sus itinerarios.