4ºESO Guía de estudio tema 1: El mundo hoy (desde 1991)
La GlobalizacióN
1. Todos hemos escuchado alguna vez que el mundo de hoy está globalizado, pero escasas veces
obtenemos una explicación acabada de lo que se entiende por el fenómeno Globalización. La lógica de
la misma escapa a los límites del presenta artículo, pero sí es importante que intentemos hallar
precisión conceptual y terminológica: Globalización e Internacionalización o Mundialización no son la
misma cosa.
El primer término responde a una doctrina de empresa, a una política de integración, en donde cada
parte debe actuar en equilibrio con un todo, pues la falla en la unidad pone en peligro el desarrollo
integral del sistema. En la globalización "domina una filosofía Holística, esto es una idea totalizadora
o unidad sistémica."
Los otros dos términos nos sitúan en el tema del presente artículo, la abolición del tiempo y el espacio,
la ruptura de fronteras físicas, "la ampliación progresiva del ámbito de circulación de las personas y
bienes materiales y simbólicos", las causas y efectos de la expansión de los dispositivos de
información. Nos limitaremos pues, sólo a la dimensión geográfica del proceso y sus correlatos
políticos y sociales.
Este fenómeno es el fruto de dos universalismos: La Ilustración y el Liberalismo Económico. "La
Gran República Democrática" y el "Gran Comercio mundial".
Lo cierto es que, más allá de toda conjetura, el ideal liberal del natural equilibrio entre naciones fue
mancillado por intereses económicos que, a principios del siglo XIX, se hicieron cada vez más
evidentes en los enfrentamientos entre incipientes potencias mundiales: Norteamérica, Inglaterra y la
propia Francia, cuna de los Derechos Individuales.
El primer flujo abierto a todas las naciones soberanas fue el telégrafo, a través de la Unión Telegráfica
Internacional. Ya el tren se había constituido como símbolo del Estado - Nación, emblema de la
Revolución Industrial.
Tal cual lo previenen los grupos socialistas de la época, se produce un desarrollo desigual debido al
reparto de frecuencias telegráficas, que en 1906 la UTI otorga bajo el concepto de "primer llegado,
primer servido", "esto sienta las bases de la distribución desequilibrada de información en el mundo,
generando monopolios por parte de un sector pequeño de países industrializados, limitando la
competencia perfecta que habían defendido siglos atrás". Esta es la lógica del Imperialismo y el inicio
del desequilibrio mundial en materia informativa.
La Comunicación como poder económico: Desde la segunda mitad del XIX
Se produce la aparición de un mercado de información a escala mundial con intereses geopolíticos. Se
crean las organizaciones oligopólicas, conformadas por las agencias de noticias Reuter, de Inglaterra,
Associated Press y United Press, de EEUU y Agence France Presse, de Francia. Alemania hace lo
propio con la aparición de su agencia Wollf. Esto se ve acompañado por la idea de la unificación del
planeta, o al menos fusión de lo local o pequeño con la escala mundial. (*)
El despertar del mundo. Hacia el Nuevo Orden Mundial de la Información.
El primer foco se remonta a las reuniones de países no alineados, a partir de 1973. El tema giraba
alrededor del Imperialismo Cultural es decir, a la existencia de una dominación y dependencia entre
países. Esto no se debe a un complot contra países tercermundistas, sino a una estructura que se
originó con un intercambio desigual entre un centro y una periferia. La UNESCO comienza a ocuparse
en el tema y su presidente encarga un informe al Premio Nobel Sean McBride.
Los alcances de este informe escapan al tema que nos ocupa, pero igualmente lo allí estipulado no
solucionó el conflicto, sólo se detuvo en algunos detalles, que si bien no eran menores, tampoco
ocupaban el centro de la cuestión.
El final de este informe fue la retirada de los EEUU de Reagan, seguidos por la Inglaterra de Tatcher,
alegando la politización del conflicto.
Finalmente, y desdeñando todo pedido de equilibrio, en febrero de 1993 el gobierno norteamericano
anunció el proyecto Gore: la construcción de las autopistas de información, una convergencia entre el
2. televisor, el ordenador y demás medios.
La UE hizo lo propio a fines de ese año (proyecto que finalmente abandonó)
El Conflicto de las culturas regionales:
Todo lo antedicho nos sitúa en una crisis que sobrepasa ampliamente la cuestión económica y
territorial. Es indiscutible que el peligro de estos fenómenos radica fundamentalmente en el
desdibujamiento, debilidad y posible desaparición del "Ser nacional", de la identificación cultural
local, regional y hasta me atrevería a decir nacional.
En la década del sesenta Marshal McLuhan elaboró una metáfora que denominó Aldea Global, esta es,
aunque optimista, la primera visión que nos brindan los textos de comunicación acerca de la
globalidad del fenómeno. A grandes rasgos, McLuhan afirmaba que los medios de comunicación sin
fronteras (en particular la televisión, teniendo en cuenta la época en la que el autor desarrolló este
pensamiento) darían noticia de culturas hasta el momento desconocidas, produciendo así "ciudadanos
del mundo", cuyo conocimiento ecuménico aniquilaría toda posibilidad de guerras, eugenesias y
racismos.
Al respecto, Giovanni Sartori sostiene: "La televisión fragmenta el mundo en una miríada de aldeas
reduciéndolo, a la vez, a formato de aldea. La televisión aldeaniza, y no es metáfora"
Después de todo aldea, aunque global, no deja de ser aldea, la más precaria organización social, el
conglomerado humano mínimo.
El desafío de las culturas regionales es grande: competir con el unidireccionalismo de mensajes que
sufre el mundo sin quedar marginado de un sistema económico y político que parece, por ahora
hegemónico. A los países en desarrollo les es imposible cerrar las fronteras, aislarse en una política
exclusivamente nacionalista o retraída, esto no significa que el pragmatismo sea la única forma de
encarar este desafío, por el contrario, la planificación política se hace imprescindible, pero sin
olvidarse del sistema que el mundo, y sobre todo occidente aplica desde hace algunas décadas.
Es por esto que no es posible negar que en globalización cada parte responde al todo, como se afirma
al principio.
Para terminar, es dable recordar que, en la actualidad, "el 65% de las comunicaciones parten de los
Estados Unidos de América", ¿hay esperanza?, sí la hay, pero debe abandonar toda pretensión de
alcanzar el equilibrio absoluto.
Conviene entonces, siguiendo a Edgar Morín, hablar de una esperanza trágica, que abandone la
salvación.