La calle representa la libertad para los ciudadanos, mientras que para las autoridades es un espacio que debe controlarse y usarse sólo con permiso. Aunque las autoridades creen que pueden asustar a la gente con la violencia policial, están equivocados porque son los propios ciudadanos quienes pagan por los recursos policiales con sus impuestos. La calle pertenece a los ciudadanos y siempre será un espacio libre a pesar de la oposición de las autoridades.