1. Es la palabra que se usa para describir las flores secas, semillas y hojas de
la planta de cáñamo índico. En la calle, es conocida por muchos otros
nombres, tales como: cáñamo, churro, doña juana, hachís, hierba, mary
jane, mafú, mari, juana, maría, monte, mota, pasto, porro, THC y yerba.
El hachís es un derivado de la marihuana, hecho con las resinas de la
planta de cáñamo índico. También llamado chocolate, polen o canuto, en
promedio es 6 veces más fuerte que la marihuana.
La palabra “Cannabis” describe a cualesquiera de las diferentes drogas que
proceden del cáñamo índico, incluyendo marihuana y hachís.
Independientemente del nombre, esta droga es un alucinógeno; una
sustancia que distorsiona la manera en que la mente percibe el mundo en
el que vives.
El ingrediente químico del cannabis que crea esta distorsión es conocido
como “THC”. La cantidad de THC encontrado en cualquier volumen de
marihuana puede variar sustancialmente, pero en general, el porcentaje
de THC se ha incrementado en los últimos años.
2. La marihuana es la droga ilegal que más se consume en el
mundo. Una encuesta hecha en 2007 encontró que 14.4
millones de individuos sólo en los EE.UU. habían fumado
marihuana al menos una vez durante el mes previo a la
fecha de la encuesta.
La marihuana normalmente se fuma como un cigarrillo
(porro), pero se puede fumar también en una pipa. Con
menos frecuencia, se mezcla con alimento y se come o se
prepara como té. Algunas veces, los consumidores abren
los cigarrillos y quitan el tabaco, reemplazándolo con
marihuana, lo llaman un “cigarro corto”. Los porros y
cigarros cortos algunas veces se mezclan con otras drogas
más potentes, tales como el crack o PCP (fenciclidina, un
poderoso alucinógeno).
3. Cuando una persona fuma un porro, normalmente siente
sus efectos en minutos. Las sensaciones inmediatas son:
incremento del ritmo cardíaco, disminución de la
coordinación y equilibrio, un estado mental irreal de
“ensueño” y alcanzan su clímax dentro de los primeros 30
minutos. Estos efectos a corto plazo desaparecen
normalmente en dos o tres horas, pero podrán permanecer
más tiempo, dependiendo de la cantidad ingerida por el
consumidor, la potencia del THC y la presencia de otras
drogas introducidas en la mezcla.
Como el consumidor típico aspira más humo y lo retiene
más tiempo que si fuera un cigarrillo, un solo porro crea
un impacto severo en los pulmones. Aparte del malestar
que se asocia al dolor de garganta y a los resfriados, se ha
encontrado que el consumo de un porro le expone a uno a
los químicos que producen el cáncer tanto como lo haría el
fumar cinco cigarrillos.
4. Las consecuencias mentales del uso de la marihuana
son igualmente graves. Los fumadores de marihuana
tienen una memoria y aptitud mental más pobres que
los no fumadores.
Animales a los que les fue suministrada marihuana
por parte de investigadores llegaron a sufrir incluso
daños estructurales en el cerebro.
5. La legalización de la marihuana en dos Estados,
Washington y Colorado, ha llevado por primera vez a
que el 58% de la población apoye su legalización en
toda la nación, según concluye un estudio elaborado
por Gallup. Todo ello a pesar de interferir
directamente con la regulación federal, que considera
esta droga ilegal.
En 1969, primer año que esta consultora realizó un
estudio a este respecto, tan solo el 12% de los
ciudadanos respaldaba la medida; el porcentaje se ha
ido incrementando desde entonces hasta que en 2011
rozó el apoyo de la mitad de la población.
6. Los estadounidenses de 65 años o más siguen siendo
los más reacios a legalizar esta droga, aunque el
respaldo ha aumentado un 14% con respecto al año
anterior.
7. En contraste, el 67% de los estadounidenses entre los 18 y
los 29 años quiere legalizar la marihuana y, entre aquellos
que tienen entre 29 y 65 años, el apoyo es más que
patente, continúa el informe de Gallup.
Los resultaron surgieron tras el análisis de las entrevistas
telefónicas realizadas a 1.068 adultos, todos mayores de 18
años, del 3 al 6 de octubre de este año.
De acuerdo al portal del periódico español El País, la
victoria en las urnas de la legalización de esta sustancia en
Colorado y Washington ha afectado directamente al
porcentaje de aceptación de los estadounidenses.
8. Aunque el Senado de Uruguay tiene la última palabra para poner en
marcha la ley que legaliza la marihuana, el Gobierno ya trabaja en la
implementación de la iniciativa. Según un portavoz de la presidencia de
Uruguay, Diego Cánepa, también se utilizarán semillas propias para
producir la planta.
"Luego aparecerán los primeros productos del mercado regulado, con la
trazabilidad correspondiente que permita un control mayor del mercado
interno. Una vez que el mercado de ilegal pasa a estar regulado, siempre
se da una caída de precios".
Aseguró que habrá una "baja generalizada de los valores del cannabis en
el país, y eso es lo que se espera". Diego Cánepa insistió en que en las
políticas del Gobierno sobre la marihuana, el tabaco y el alcohol, lo
importante es la "regulación" porque con ella se busca "atacar las
adicciones, visibilizar la problemática y orientarla hacia un tratamiento
diferente".
La medida fue propulsada por el presidente del país, José Mujica, para
"combatir el crimen organizado" y "arrebatarle al narcotráfico su
mercado". Según el proyecto de ley, cada consumidor deberá registrarse
en un banco de datos que no se hará público y podrá comprar hasta 40
gramos al mes.
9. El Gobierno ha saludado la reciente publicación de un informe
de la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha
abierto la discusión sobre la despenalizacion de la marihuana en
Latinoamérica, pero aclaró que nuestro país no tiene planificado
legalizar el comercio ni la producción de esta droga ni de otras
más duras.
En diálogo con El Comercio, Carmen Masías, jefa de la
Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas
(Devida), explicó que, en la actualidad, el consumo de
marihuana (8 gramos por persona, según las leyes) en el país no
está penalizado, pues se evita tratar al dependiente como un
criminal, y más bien se lo considera una persona enferma. “Hay
países en Asia donde se ejecuta al consumidor; lo que buscamos
aquí es más bien tratar a los adictos”, sostuvo.
10. Según Devida, cada año unas 70 mil personas
empiezan a consumir marihuana en el país. Pero
tenemos aún un déficit de camas para tratar a los
drogodependientes que, según Masías, “es una
herencia de anteriores gobernantes”.