Artículo de Jorge Luis Tizón en la revista Mente Sana. Nos explica las claves de la salud física y el bienestar personal. Son los lazos, la buena vecindad, la comunicación, el soporte mutuo, ... los que permiten que tengamos una buena vida.
2. Las desigualdades sociales, la desesperanza y
la pérdida de control sobre la propia vida son
algunos de los más graves factores de riesgo
para numerosas enfermedades. Una red social
activa, una conciencia de solidaridad y unas
metas sociales compartidas pueden tener
más trascendencia para la salud pública que
legiones de médicos y planes sanitarios.
ara pensar en cómo las relaciones sociales y
P afectivas redundan en una mejor salud físi-
ca y mental, querría situarles hoy en Roseto,
un pueblecito de las montañas de Pocono, en
Pensilvania CEE. UU.). Pocono y sus alrededo-
res, en los años ochenta del siglo XIX, fueron "colonizados"
por inmiqrantes muy homogéneos: todos ellos provenían
de la Italia mericional, Vinieron en oleadas, se instalaron
en la rica tierra Ce aeoqida y, durante decenios, siguieron
viviendo en farr'-;" ~-como en su lugar de origen. Pero
hete aquí que. e::.ios años cincuenta del siglo XX, epide-
miólogos e ir:-.-e:r.:::f?'dl sociales curiosos descubrieron
res
que en Pocono y sus ue2edores ~as enfermedades car-
diovasculares eran signilicativamente menos frecuentes
y menos graves que en el resto de Estados Unidos y que
en gran parte del mundo industrializado.
JORGE L TIZÓN
Psiquiatra, psicoanalista
y neurólogo. Director del
Equipo de Prevención
en Salud Mental y Atención
Precoz a los Pacientes en
Riesgo de Psicosis dellnstitut
Catals de la Salut.
3. Una legión de estudiosos e investigadores en los ámbitos
de la salud pública, la cardiología, la medicina interna, la
epidemiología, la sociología, la antropología cultural... se
desplazó al pueblo y realizó sobre él y sus habitantes es-
tudios que han durado más de cincuenta años. Toda aque-
lla cohorte de científicos deseaba averiguar qué factores
protectores existían en la cultura, costumbres sociales,
alimentación, género de vida y hábitos de sus habitantes
para obtener datos tan saludables. y lo que encontraron no
dejó de sorprenderles, hasta el extremo de que a varios de
los investigadores más conocidos, como el epidemiólogo
británico Richard Wilkinson o el médico estadounidense
Stewart Wolf, les iba a cambiar la perspectiva de su espe-
~idad e, incluso, de su vida.
~ ~'Los sesudos investigadores de salud
pública esperaban hallar unos habi-
tantes menos expuestos, por algún
motivo desconocido, a los conocidos
factores de riesgo cardiovascular -sedentarismo, dieta rica
en grasas animales, alcohol, tabaco ... , pero se encontraron
-
casi con lo contrario: los habitantes de Pocono persistían
anclados en sus costumbres tradicionales, propias de la Ita-
lia meridional de donde provenían en su mayoría. ¿Qué
significa eso en cuanto a costumbres cotidianas? Pues, por
ejemplo, suaves y deslizantes lasañas, o sabrosas y tiernas
albóndigas ...En la composición de ambos platos, la combi-
nación de dos o tres tipos de carne es básica y,entre ellas, la
de cerdo, fundamental. Como son básicas las grasas en las
salsas de tomate, marinara, pesto, con las que acompañan
sus guisos. Todo ello regado con vinos italianos, consumi-
dos en cantidades generosas y, a menudo, acompañados de
cigarros y pitillos, sobre todo tras las copiosas comidas en
familia de sábados y domingos. y alguna grappa u otros
destilados. En definitiva, todos, o casi todos, factores de
riesgo de múltiples enfermedades y, sobre todo, de enfer-
medades cardiovasculares.
4. y entonces -con esa acumulación de factores de riesgo más
que demostrados-, ¿cómo podían poseer los habitantes de
Roseto esas tasas tan bajas de enfermedades cardiovas-
culares, incluso la mitad que las del resto del país? Busca
que te busca, se llegó a la conclusión de que se necesitaban
sociólogos y psicólogos sociales para explicarlo.
y he aquí alguno de los resultados que
encontraron: en realidad, Pocono es-
taba habitada por campesinos italia-
nos que habían llevado hasta el remoto
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Nuevo Mundo una rica y equilibrada cultura campe-
sina caracterizada por la sencillez y naturalidad en la
alimentación, pero también por las relaciones de bue-
na vecindad. Sería lo que hoy llamaríamos "dieta me-
diterránea" y relaciones sociales estrechas basadas en
.a solidaridad, Fue Stewart Wolf el primero que comen-
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infortunios como la enfermedad, el paro, la ~,,~-=, .-
La delincuencia era baja y los servicios sociales apeaas :e-
nían personas a las que atender. Todos se conocían, se s8:
daban y conversaban; se juntaban en coros, bandas, bailes,
plazas, comidas, meriendas o en los clubes italoamericanos,
frecuentes y concurridos, donde los hombres pasaban las
tardes charlando y jugando a las cartas.
La periodista Helen Epstein escribió hace algunos años
un excelente y sensible trabajo sobre Roseto y su desarrollo.
Al principio, aunque también había ricos y menos ricos, la
exhibición de riquezas era excepcional. Todo el mundo ves-
tía casi las mismas ropas y vivía en similares casas cuadra-
das revestidas de madera, con sus porches de entrada y sus
5. clásicas telas metálicas ... Empero, en los años setenta del
siglo xx, la vida en Roseta cambió de forma progresiva: los
jóvenes habían crecido y se habían ido integrando en el "es-
tilo de vida americano". Las familias se dispersaron cuando
los hijos dejaron el hogar. La prosperidad económica del
país era notable, y la gente de Roseta comenzó a construir
casas más y más grandes, más y más lujosas ...Comenzaron
a aparecer diferencias en la edificación, entre unas y otras
zonas del pueblo, en los clubes, en las fiestas de fin de se-
mana ... Hacia 1985, la tasa de trastornos cardiovasculares
agudos era ya similar a la de las ciudades cercanas. Y, sin
eJPbargo, en Roseta se consumía menos tabaco que veinte
y treinta años antes, y los hábitos alimentarios eran más
saludables. ¿Qué producía esa aparente paradoja?
!
Para Stewart Wolf, que, como hemos di-
cho, pasó casi cincuenta años estudian-
~::~~= do Roseta, lo único que había cambiado
era el grado de cohesión social: ahora
Roseta era un pueblo grande "como los demás". Había me-
nos meriendasy fiestas públicas, menos afiliados a bandas
----de música y coros ...Algunos de los clubes italoamericanos
habían tenido que cerrar. Ya existían desempleados y había
lista de espera en los servicios sociales. En definitiva, y co-
mo estaba demostrando en esos años el profesor Richard
Wilkinson con su estudio de los funcionarios del Gobierno
británico que trabajaban en esos hermosos edificios góticos
junto al Támesis (Whitehall), las desigualdades sociales
son uno de los más graves factores de riesgo para nume-
rosas enfermedades y, en especial, para las enfermedades
cardiovasculares, especialmente si esas desigualdades son
vividas con la desesperanza de que nada ni nadie será ca-
paz de superarlas, cambiarlas o saltarlas ...; es decir, si se ha
perdido el control sobre la propia vida social y la esperanza
de recuperarlo. La igualdad económica es importante para
la salud, como se había demostrado asimismo en la Ingla-
terra de la guerra mundial y los años de posguerra
6. Roseto y los estudios del Whitehall concretaban aún más
el fenómeno: una red social activa una conciencia de soli-
daridad y camaradería, unas metas sociales compartidas
por las que luchar... pueden tener ....,ástrascendencia pa-
ra la salud pública que legiones de ~édicos. sanitarios y
planes de salud. Es lo que en sanidac p6:':'ca ha dado en
llamarse el "efecto Roseto".
Numerosos estudios científicos m -es-
tran que los mayores de 65 años a: s
que les gusta salir a comer uera ce
casa, juegan a cartas. a:: a, ~-- e
y par .cipan eL. c.cC":~"'-es 50<"':'" -= --:-:::=::
media dos años y medio más que os ~-= =.is ",:c; =dos
Hay estudios y datos que apuntan que el sen .¿ ¿e:.:..... --.0:-
y la capacidad de reír -y de reírse de uno mismo- son fac-
tores importantes para proteger la salud física y mental,
que los hombres que se sienten queridos por sus esposas
tienen menos episodios de angina de pecho que los que
no se sienten queridos, que los humanos que se sienten
socialmente aislados tienen muchas más posibilidades de
padecer muerte prematura, diversas enfermedades y,desde
luego, trastornos mentales ...
En medicina son famosos los grupos que puso en marcha
el psicoanalista húngaro Michael Balint y que han ayudado
a los profesionales de la práctica médica a conocer y afrontar
sus propias dificultades en la relación asistencial. Balint ha-
bía llegado a la conclusión, hoy ampliamente demostrada,
de que cuando el médico de cabecera sabe utilizar sus ca-
pacidades de relación y comunicación, estas resultan ser el
principal "factor curativo" de la medicina. Por eso, en el mis-
mo sentido, y apoyándome en estudios como los de Roseto
y otros muchos, suelo afirmar que la medicina basada en la
solidaridad podría ser la medicina más barata y potente, y,
desde luego, un importante medio para disminuir los dispa-
ratados costes actuales de la asistencia sanitaria occidental
y la medicalización de la vida en nuestras sociedades. ~