Mía era una niña de 9 años que quería ser astronauta, a diferencia de sus compañeras de clase. A pesar de las burlas de sus compañeros y profesora, estudió arduamente sobre astronautas y se esforzó físicamente. En la universidad, Mía obtuvo las mejores calificaciones y pasó las pruebas para convertirse en una de las astronautas más famosas del mundo. Mía demostró que con dedicación y perseverancia se pueden cumplir los sueños.