Una noche, una hermosa muchacha se asomó a su balcón y vio la luna, llevaba un vestido rojo. Su padre le presentó a un guapo muchacho del que se enamoró. Al día siguiente, se tropezó con él en el mercado y él la ayudó a recoger sus compras y la acompañó a casa. Una semana después de conocerse y gustarse más, él le pidió ser su novia y ella aceptó, y un mes después de conocerse aún mejor, se casaron y vivieron felices para siempre.