La computación en la nube comenzó a utilizarse en 2006 por proveedores como Google, Amazon y Microsoft. Ofrece recursos de TI a través de Internet de forma escalable, configurable y compartida. Sus características claves incluyen autoservicio bajo demanda, accesibilidad a través de la web, compartir recursos, rápida escalabilidad, y monitoreo. Entre sus beneficios se encuentran integración de redes, prestación global de servicios, actualizaciones automáticas y uso eficiente de energía.