El documento describe dos caras de Cartagena, Colombia. La primera cara es la ciudad histórica llena de encanto con playas brillantes, restaurantes de lujo y paseos en coche. La segunda cara es la ciudad paralela fuera del centro histórico, con calles sin pavimentar, viviendas precarias y restaurantes más modestos. También ofrece formas alternativas de transporte y comercio para los residentes locales.