El documento presenta una alegoría sobre una rana que se cocina lentamente en una cacerola de agua calentándose gradualmente sin darse cuenta, similar a cómo las personas se acostumbran lentamente a los cambios negativos en la sociedad sin oponer resistencia. Se usa esta metáfora para argumentar que los cambios graduales escapan a nuestra conciencia y no provocan una reacción, a pesar de que los efectos a largo plazo pueden ser perjudiciales.