La Ruta de la Seda conectó el este y el oeste, permitiendo el comercio y la difusión de ideas entre China, la India y el mundo mediterráneo. A lo largo de la ruta viajaban mercaderes, pero también asaltantes y ladrones. La Ruta de la Seda también ayudó a difundir el budismo por toda Asia. Aunque Marco Polo no fue el primer europeo en viajar la ruta, su libro describiendo sus viajes y las maravillas que vio lo hicieron famoso.