El documento critica la hipocresía de despreciar a los extranjeros cuando se adoptan muchos aspectos de sus culturas. Señala que aunque se toman prestadas cosas como la religión, la música, los automóviles, la comida y bebidas, la democracia, las vacaciones, el alfabeto y los números arábigos de culturas extranjeras, aún se desprecia a los vecinos por ser extranjeros.