El documento habla sobre los padres que llevan a sus hijos a las puertas del cielo. Las puertas se abrirán para los padres y los hijos cuyos caracteres han sido transformados por obedecer la voluntad de Dios, pero se cerrarán para aquellos cuyos padres descuidaron enseñarles a obedecer a Dios y cumplir su voluntad.
Los padres tienen el privilegio de llevar a sus hijos
1. Los padres tienen el privilegio de llevar a sus hijos
consigo a las puertas de la ciudad de Dios, diciendo: "He
procurado instruir a mis hijos para que amen al Señor, para
que hagan su voluntad y lo glorifiquen". Las puertas se
abrirán para ellos, y entrarán los padres Y los hijos. Pero
no todos podrán pasar. Algunos serán dejados afuera con
sus hijos, cuyos caracteres no habrán sido transformados
por la sumisión a la voluntad de Dios. Una mano se alzará
y se escucharán estas palabras: "Habéis descuidado
vuestros deberes del hogar. Habéis fracasado en realizar
la obra que habría capacitado al alma para habitar en la
morada celestial. No podéis entrar". Las puertas se
cerrarán para los hijos porque no aprendieron a cumplir la
voluntad de Dios, y para los padres porque descuidaron
sus responsabilidades