1. MADRE MIA
He tocado tus lágrimas con dedos invisibles para
consolarte...
Se que piensas en mi a menudo, durante el día, durante la
noche, en tus sueños, al entrar a un cuarto vacío sabiendo
que jamás estaré allí... Pero estoy en tu corazón, en tu
alma, siempre estaré ahí, contigo.
Tu que sin ningún egoísmo me diste tanto de ti misma. En
lo más intimo de tu ser, creaste un mundo especial para
mí, un mundo de alegría, de amor, y también de tristeza y
de dolor... todo lo que una persona puede sentir lo
compartiste conmigo.
Y aunque jamás podre sentirme arrullada en tus brazos, ya
sentí el latido de tu corazón como una canción de cuna y tu
espíritu dándome un lugar seguro, ya protegiéndome y
preparándome para lo que vendría después.
Pero a veces, el viaje de la vida separa a las almas. Y es
verdad, tuve que irme a otro lugar... Ojala hubiera podido
quedarme, ojala hubiera sido una decisión que tu o yo
hubiéramos podido tomar.
Quiero que sepas que donde estés, siempre estarás
conmigo... Tu amor fue el
primero para mí, la primera alegría, y también tu alma, la
primera que por siempre conoceré. Tú me has dado el
valor y el ánimo para continuar mi viaje. Espero poder
hacer lo mismo por ti. El latido de tu corazón siempre me
llamara hacia a ti.
Con todo cariño,
Tú bebe