El documento discute cómo la polarización del grupo de discusión puede llevar a los participantes a subestimar el grado en que sus propias actitudes se vuelven más extremas. Los autores encontraron que la discusión en grupo polarizó las actitudes de los participantes y que luego recordaron incorrectamente que sus actitudes originales habían sido más extremas de lo que realmente eran antes de la discusión. Esto sugiere que sus actitudes posteriores a la discusión influyeron en cómo reconstruyeron sus actitudes anteriores.