El documento habla sobre María Josefa Marulanda, quien nació en 1766 y donó los terrenos necesarios para construir la iglesia, cabildo, plaza y calles de La Ceja. Ella también vendió varios terrenos a los colonos y fue nombrada la primera Juez Pedánea de La Ceja. Gracias a su donación de tierras, La Ceja pudo establecerse como municipio con calles bien trazadas y un espacio acogedor. Los objetivos del documento son reconocer a los héroes del patrimonio de La Ceja,