La autora se despide de Peter Bustamante, a quien le dice que aunque se va, ella se quedará con sus besos y él con su amor. Reconoce que la vida los ha separado como caen las hojas en otoño, dejándola a ella en dolor profundo y a él desesperado y solo. Sin embargo, cree que algún día cuando pasen los años, al recordar el pasado volverá a soñar con sus caricias y besos como nunca antes.