El cantante le propone al Papa Francisco canonizar a Hugo Chávez como santo, argumentando que Chávez era una eminencia y un pajarito que rogaba por indulgencia. Sin embargo, el Papa le dice que la idea de canonizar a Chávez es descabellada y que no hay posibilidad de que Chávez sea considerado un santo en esta ocasión. Decepcionado, el cantante se va del Vaticano con su estatuilla de Chávez.