Perseo decidió acabar con Medusa, una mujer monstruo que convertía a los hombres en piedra al mirarla a los ojos. A pesar de las advertencias de sus amigos, Perseo fue a la roca donde vivía Medusa con un plan. Usó un espejo para reflejar a Medusa y evitar mirarla directamente a los ojos, engañándola para que se viera en el espejo y se convirtiera en piedra. De esta forma, Perseo venció a Medusa.