2. MI DINERO CRECE
¿Cómo y por qué?
¿De dónde sale ese millón adicional?
MI DINERO CRECE
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3. Una metáfora que se oye muy a menudo en estos tiempos de crisis es
que la economía es una bicicleta: si se para, se viene abajo.
Es una metáfora cómoda pero muy poco iluminadora; tramposa incluso.
Que la bici no se puede sostener por sí misma cuando está quieta es
evidente; que la velocidad la equilibrenoloesen absoluto, pero todos lo
hemos experimentado. El caso es que nada de esto se aplica a la economía.
No es nada obvio que una economía estática sea inherentemente
inestable, más bien parece contradictorio, y lo cierto es que durante
miles de años no hubo crecimiento económico. Resulta que sólo muy
recientemente se ha convertido la economía en una bicicleta.
¿Cómo y por qué?
Llevo mucho tiempo sin entender esto y por fin he encontrado una
explicación en Life, Inc., el libro de Douglas Rushkoff que
mencionaba en el post anterior.
La idea es la siguiente. Cualquier economía mínimamente activa no
puede funcionar sólo con el trueque. Necesita usar el dinero.
En realidad, puede funcionar como dinero cualquier dispositivo
simbólico de intercambio que cumpla unas condiciones mínimas (la
principal, que sea aceptado por una comunidad). Sin embargo, hoy
usamos de modo casi universal un dinero muy particular: la moneda
de curso legal emitida por un banco central.
De modo que en el más elemental intercambio comercial entre dos
personas (por ejemplo, mi dentista y yo) se introduce un tercero en
discordia (el Banco de España). Y este tercero en discordia tiene
efectos muy notables.
Vamos a explicarlo con un modelo simplificado al máximo, en el que,
por ejemplo, no hay funcionarios que cobren directamente del estado
ni más bancos que el que emite la moneda. Supongamos en un país se
pone en marcha el sistema monetario el año cero (hasta entonces el
comercio ha funcionado mediante el trueque o usando medios de
intercambio de uso local).
El banco central no regala el dinero, obviamente: lo presta, y con cierto interés. Se han emitido,
digamos, un millón de maravedíes, para que los usen los mercaderes del reino en sus negocios, y hay
que devolverlos al cabo de diez años. Pero hay que devolverlos con intereses, de modo que en el año
diez el banco debe recibir no un millón sino dos.
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4. ¿De dónde sale ese millón adicional?
Hay dos posibilidades. Si el banco no ha vuelto a emitir dinero desde
el año cero, no hay vuelta de hoja: sólo hay un millón de maravedíes
en circulación, así que si unos mercaderes pueden devolver el
préstamo será porque otros no pueden. Se producirá un gran número
de quiebras: este es el caso en el que la bicicleta se cae.
Los mercaderes que cuando se acerca el año diez ven que tienen
problemas pueden recurrir a la otra posibilidad: volver a pedir
prestado. Se entrampan pero ganan tiempo para evitar la quiebra.
El banco central emite más dinero y la economía crece: este es el caso
en el que la bicicleta marcha.
La realidad, por supuesto, es tremendamente más complicada, y
nosotros vivimos muchos años después del año cero. Pero mientras la
moneda sea emitida por un banco central y prestada por él con
interés, parece difícil evitar este efecto. Claro que yo no sé nada de
economía: por eso se lo cuento a ustedes, amigos lectores, para que
me saquen de mi error.
Luego de 1940 por iniciativa del gobierno se promueve el establecimiento de
bancos regionales y de fomento, además de seguir el crecimiento y creación de
bancos privados entre los que destacan el Banco Unión fundado en 1946 que
lograría establecerse entre los primeros cuatro bancos del país hasta entrado el
Siglo XXI, el Banco Francés e Italiano para la América del Sur..
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