Un hombre de edad avanzada visita una clínica para curar una herida en la mano. Le explica al doctor que tiene prisa para ir a desayunar con su esposa que vive en una residencia de ancianos y sufre de Alzheimer avanzado, por lo que ya no lo reconoce. A pesar de eso, él continúa visitándola todas las mañanas porque aunque ella no sepa quién es él, él todavía sabe quién es ella. El verdadero amor es aceptar a la otra persona tal como es.